Capítulo 2

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Era por la mañana, toda la casa olía a café debido a que mi madre se iba más temprano que yo. Cogí el metro para ir al instituto, el tan temido instituto.

Cuando llegue a la puerta, vi a muchas personas, cada una con su grupo social, yo jamás tuve ninguna... soy algo tímido. Entre dentro y busque mi taquilla entre aquella muchedumbre y cuando la encontré guarde mis cosas y me marche a clases. Siempre fui un chico inteligente, no creo que me fuera a ir mal durante este curso.

Llego la tan temida hora de comer, el comedor, aquella sala en la cual por cada mesa podría distinguir los distintos tipos de grupos sociales: los populares, las tetas de siliconas, los deportistas, los frikis, los góticos, los raritos (son los que no se pueden meter en ninguna categoría) y los fumados.

Yo me senté con mi comida al final del comedor, en una mesa, con aquella horrenda comida pastosa. Como de costumbre leía mientras comía, cuando una impertinente chica se sienta en mi mesa y con el dedo baja el libro para que la mire. Aquella impertinente chica me empezó a hablarme.

- HOLA SOY RACHEL, ¿COMO TE LLAMAS?, QUE GUAPO ERES, ¿TIENES NOVIA?, ESTAS EN MI CLASE, TE VI HOY, JAJAJAJAJA – dijo Rachel con un tono de voz elevado

- Em hola... no soy sordo pero como sigas hablando así no dudo que acabe sordo – dije yo de forma irónica

- jajajaajajajaja que gracioso eres, quieres ser mi amigo?

- Supongo que eres la única persona que se ha dignado a hablarme hoy, así que supongo que sí, pero por favor no seas impertinente... - no entendía la actitud de esa... chica, estaba para que la internen lejos... muy lejos.

Era muy extraña, Por lo visto se llamaba Rachel, tenia brackets y gafas, era como la típica loca asesina de una serie que mata por venganza, pero al fin y al cabo se veía buena persona, creo que ella también es la típica marginada a la que nadie quiere en su grupo solo porque no es guapa.

¿Qué pensabais que dejó de interrogarme? Pues no, eso era como ver un episodio de CSI, solo faltaba el foco en mi cara

- ¿De dónde vienes? – pregunto la impertinente chica

- de un pequeño pueblo de Pennsylvania – respondí... pero porque no tenía remedio, pensaba que en cualquier momento sacaría un cuchillo

-¿Qué edad tienes?

- Diecisiete años

- aaa... que bien, tienes novia?

- eeem... nop, me gustan los tíos

- ANDA COMO A MI!

- pero no chilles loca

- lo siento es la costumbre, bueno me tengo que ir... adiós – dijo mientras se levantaba y se desvanecía entre la muchedumbre

- Adiós... Rachel – que puta costumbre?! Esta chica se le cayeron de pequeña u algo parecido

Después de... ese momento tan extraño seguí leyendo mi libro hasta que sonó el timbre y era la hora de irse, por fin se había acabado.

Me marche a dar una vuelta para descubrir la ciudad y luego cogí el metro para volver a mi casa. Cuando subo la escalera para llegar a mi casa veo a un chico súper guapo, parecía un modelo, y estaba tocando la puerta de mi casa, me extrañe muchísimo, no sabía que decir u hacer. El noto mi presencia.

- Em hola soy Nathan, sabes si hay alguien aquí? Es que creo que el otro día cuando me tropecé con un chaval se me cayó mi colgante y creo que vive aquí – dijo con una voz dulce

- Osea que tu eres el gilipollas que ni si quiera pidió disculpas cuando me golpeaste y tiraste mis libros

- eeem... creo que si, jajajajaj siento lo ocurrido fui mi culpa

- Te perdono pero que sepas que me la guardo – respondí de forma irónica

- Gracias

- bueno, entra y te daré tu preciado colgante

Los dos entramos en mi habitación, mi casa estaba sola.

- Bonita habitación – dijo Nathan

- Gracias, donde vives?

- un piso más arriba del tuyo

Le di su colgante pero no quise preguntar, sabía que debía ser preciado para él. Lo acompañe a la puerta

- Gracias por devolvérmelo, supongo que tendré que agradecértelo de alguna manera – dijo Nathan

- no hace falta, solo pido que no vayas golpeando a la gente como un loco – recalque yo

- lo siento de nuevo jajajajaj – dijo Nathan mientras se desaliñaba el pelo

- alguna vez te han dicho que tienes unos ojos muy bonitos? –dijo Nathan con una voz súper dulce

- cla-claro... - respondí yo abrumado con los mofletes sonrojados

- y que eres muy mono? –pregunto Nathan

- eso n- no... - respondí...

Dios mío este chico me estaba sonrojando como un tomate

- Bueno me voy- dijo Nathan

- A-Adiós Nathan... - respondí abrumado

- Adiós enano

- !¿A quien llamas enano?! – respondí, pero el ya se había ido corriendo arriba

Cerré la puerta, me puse de espaldas y me deslice acabando sentado en el suelo. No comprendía que acababa de ocurrir, Ese chico, era guapísimo y alto, y tenía unos ojos azules... dios mío, esto era subrealista y...y me ha dicho que era mono, estaba sonrojado aun, sin poder creerme que tenga a ese chico de vecino de arriba.

Fui a hacerme de comer pero por poco quemo la casa, estaba distraído sin poder dejar de pensar en ese chico. Mi madre llego a la casa y yo finalmente me acosté... o por lo menos lo intente.

Había sido un día largo, solo he hecho una amiga en el instituto y encima estaba loca y después de todo eso, el chico que se tropezó conmigo en la escalera resulta ser mi vecino y además el chico más guapo que había visto. Pero no sé si será gay o no.

Tenía Tantas dudas...

Teoría Del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora