Me levante resacoso, era sábado y... estaba castigado aunque para mi estar encerrado en mi habitación no era un castigo. Estar encerrado en una habitación con mi montaña de libros era una de mis placeres, junto al de comer nutella a cucharazos.
Aunque la resaca no me sentaba tan bien, cualquier mísero ruido era aun más fuerte en mi cabeza, las bocinas de los coches eran como reactores de aviones cualquier ruido era insoportable para mí. Tan solo podía tirarme en la cama abrazado a la almohada pensando en todo lo que ocurrió ayer.
Estaba anocheciendo, ya no me sentía como si el mundo tuviera amplificadores para los ruidos. Me puse a leer Alan Watts, uno de mis escritores favoritos cuando de repente escuche que alguien golpeaba mi ventana...
Era Nathan... ¿Qué cojones hacia en la escalera de incendios golpeando mi ventana?
- Eh chico enano, ábreme la ventana – dijo el medio susurrando
Me acerque a la ventana para abrirle y dios mío Nathan iba demasiado guapo, me ponía nervioso, no sabía que decir, ese chico me robaba las palabras.
- ¿Na...than que haces aquí? – respondí extrañado
Se coló dentro de mi habitación y susurró
- ¿Te acuerdas de que te debía un favor?
No me dio tiempo a responder cuando cogió mi mano y me llevo escalera arriba. Nos dirigíamos a la azotea, ¿Por qué querría el llevarme a la azotea si allí no hay nada?
Una vez arriba nos colamos en una ventana que daba a una habitación en la que se notaba que nadie había estado allí desde que se construyo el piso. Observe que había una puerta.
- Nathan que hacemos aquí, esa puerta seguro que no se puede abrir además... no tenemos la llave
Nathan me puso su dedo índice en mis labios, creo que yo estaba resultando ser un poco molesto. Vi como se sacaba una llave del bolsillo y abría la puerta
- Y bien... ¿Algo que objetar pequeño Hobbit? – dijo Nathan de forma sarcástica
- aaaaag no me llames así – mis mofletes se sonrojaron
Me tomó de nuevo de la mano y entramos, supongo que era como su pequeño mundo, había un sofá antiguo y frente a ella una mesa hecha de palets. En la pared que estaba pegada al sofá había colgada luces de navidad, y todo aquello al aire libre, solo había una pared que era la que daba a la habitación para acceder aquí.
- Bienvenido a mi pequeño paraíso – dijo él con una gran sonrisa
Solté la mano de Nathan y me quede asombrado cuando mire a mi alrededor, me entusiasme como un niño pequeño, podía verlo todo, tenía la vista de la isla de Manhattan. Cuando me gire vi que él estaba detrás de mí riéndose.
- ¿De que te ríes tonto? – dije extrañado
- Deberías haberte visto la cara jajajajajaja
- Aaagh tu siempre igual - digo mientras me volvía para ver las vistas
De repente me coge del brazo y tira de mí y me abraza mientras su mano zarandea mi pelo, mientras decía:
- Idiota ereees
Estaba sonrojado, mis mejillas ardían. Suponía que el trataba así a sus amigos, es lo común entre la gente de hoy en día.
- ¿Quieres algo de beber? Tengo cerveza ¿te gusta la cerveza?
- Em... claro
Se dirigió a la nevera portable que estaba al lado del sofá y cogió dos cervezas y se tiro sentándose en el sofá
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Teoría Del Caos
Teen FictionDylan, un chico acostumbrado a vivir en un pueblo llega a la gran ciudad de Nueva York, tendrá que empezar una nueva vida en una ciudad desconocida, empezar de cero, comenzar el instituto y hacer nuevos amigo... y quien sabe a lo mejor entre ellos s...