Capítulo II

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—No tienes que disculparte, princesa. —murmura estrechándola contra su cuerpo, dejando un tierno beso en su cabeza. —Pero dejame saber...¿qué te tiene así? —buscó su mirada.

Ella dio un suspiro. —Un chico. —suelta una risa desganada, alejándose del minino para limpiar su cara y quedarse mirando sus manos sobre su regazo.

Chat no lo pudo evitar, sus manos se volvieron puños, ¿acaso Marinette tenía novio? ¿le rompieron el corazón? Un extraño sentimiento crecía en su pecho.

«¿Celos quizá? Estás celoso, estás celosocanturreó su kwami en su cabeza, al pasar los años ellos desarrollaron la habilidad de que, mientras Adrien era Chat Noir, Plagg podía hablarle con telepatía o algo así. Él ignoró lo que le dijo, no podía estar celoso, su corazón pertenecía a Ladybug.

—¿Un chico..? ¿Tu novio acaso? ¿Qué te hizo? —interrogó él, arrugando su ceño.

—Sí, un chico. No es mi novio, y nunca lo será, quizá porque soy muy poca cosa. —respiró pesado mientras por su mejilla caía una lágrima.

—¿Él te dijo que eras poca cosa? ¡Dime quien es que voy a...! —

—¡No! Digo...no, él no me dijo eso es sólo que...He querido conquistarlo desde hace 3 años, pero está muy enamorado de otra chica y yo..yo me he rendido. —la fuente de lágrimas volvió a caer. —No lo culpo, ¿sabes? Ella es totalmente increíble, valiente, inteligente y yo...yo soy un desastre andante. —

—¿De qué hablas, Mari? —toma su barbilla y hace que lo mire. —Eres genial, Marinette. —

—No me conoces...no lo sabes. —traga.

—Quizá no te conozco en tu día a día pero en aquella vez que me ayudaste pude ver lo inteligente y valiente que eres, además de que tienes un gran corazón, no cualquiera va a una cita con una persona akumatizada y tú aceptaste. —acaricia su mejilla. —Tú eres increíble, y si ese chico no puede notarlo, es su pérdida, te aseguro que alguien más te valorará como lo mereces. —le regala una sonrisa.

Ella no pudo evitar sonreír ante todo lo que dijo.

—¿En serio crees eso..? —murmura.

Asiente con una sonrisa. —Lo creo. Además, si te hace sentir mejor, estamos en las mismas...estoy enamorado de una chica pero ella no acepta ni mis coqueteos.. —arruga su nariz.

—¿Ladybug? —dijo ladeando su cabeza.

—¿Cómo lo sabes? —entrecierra los ojos mirándola.
—Adivine. —se encoge de hombros. —¿Puedo decirte algo? Ella se lo pierde. —le murmura. —Eres un gran chico. —besa su mejilla tiernamente.

A él se le subieron los colores a la cara al sentir tal beso y una sonrisa se plasmó en su cara, al mismo tiempo que su corazón empezaba a latir con mucha fuerza. Y entre todo eso, se le ocurrió una idea.

—Hagamos un trato... Desde el día de hoy, empezaré a venir todas las noches hasta que superes al chico, ¿sí? —

Quizá estaba muy despechada o quizá era porque cada palabra que dijo encajó en el lugar adecuado, pero ella asintió con su ligera sonrisa.

—Está bien. —

Y así, su noche pasó entre charlas y malos chistes de gato, ya cuando se hicieron las 11:30 de la noche él se tuvo que ir.

—Nos vemos mañana, hermosa princesa. —dijo él sentado como gato en la baranda.

—Nos vemos mañana, gatito. —besa su mejilla.

Will You Accept Me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora