Capítulo V

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Las palabras del gato la sorprendieron al punto de sonrosarla y dejarla sin palabras.

«¿Está enamorado de mi? ¡Sí! Él me acaba de decir que está enamorado de mi. No puedo con tanto. Debería decir algo. Di algo, te está empezando a mirar raro. ¡HABLA MARINETTE

Mientras ella traía aquella charla mental, intentaba gesticular alguna palabra, pero sólo lograba balbucear cosas sin sentido. Y, cuando al fin pudo calmarse, se escuchó algo dentro de su habitación.

—¿Marinette? ¿Donde estás? —habló Sabine desde el interior de la habitación.

La ojiazul se alarmó, su madre no podía ver a Chat ahí.

—Escondete, iré a ver que pasa. —le murmura, levantándose, haciendo al minino negar.

—Debo irme, es tarde. Nos vemos mañana. —se levantó él.

—Pero.. —

—Hasta mañana, princesa. —besó sus labios y se fue saltando por los tejados.

Ella dio un suspiro enamorada y bajó a hablar con su madre. Luego subió a recoger todo, terminando así su noche.

Al día siguiente esperó con ansias la noche, idealizando lo que le diría a él, puesto que le debía una respuesta desde la noche anterior. Quería que fuesen las palabras correctas, por lo que ese sábado se quedó en casa, cancelando sus planes con Alya, para poder escribir lo que diría. Luego de muchos papeles en el suelo, consiguió justo lo que deseaba decir.

Admiró la hoja, subió al balcón y la leyó un par de veces. Cuando sintió que él llegaba, arrugo el papel y lo tiró lejos, para después voltear a verlo.

—Buenas noches, princesa. —Chat tomó la mano de la chica y la besó. —Adoro como se ve tu cabello ahora. —musitó esbozando una sonrisa, mientras sus dedos se paseaban por un mechón de su cabello.

Ella se sonroso completamente y le regaló una sonrisa.

—Buenas noches, Chat. —murmura. —Necesito hablar contigo sobre lo de ayer.. —tragó, nerviosa.

—No es necesario, pre... —ella colocó un dedo sobre los labios de él y negó.

—Dejame hablar. —

Ella se acomodo en la baranda mirando el hermoso paisaje parisino, para así hacer lo posible por no mirarlo y ponerse nerviosa.

—Recuerdo cuando nos conocimos, creí que eras uno de esos chicos que coqueteaban con todas, un "Don Juan". Pero con el tiempo noté que no era así, que tu amor por Ladybug era real, así como el mio por Adrien.. —

Por un momento él se desconectó y sus ojos abrieron con fuerza, ¿ella había mencionado su nombre?

—¿A-Adrien? —preguntó el gato hecho una bola de nervios.

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⏰ Última actualización: Oct 04, 2016 ⏰

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