El sonido del silencio alteraba mi realidad cósmica, no podía entrar en mi pensar, me sentí fuera de mí mismo, esta dolutencia no acababa, y crecía exponencialmente la perfarencia de mi ser, olvidado en polvo como un Corán viejo.
El camino se hacía más angosto y eterno, el calor del desierto me había causado una fatiga que hacía pesar mis actos en mi alma, como una gran roca que aprisiona al aventurero inexperto, sin rumbo o lugar en la vida.
Cuando yacía en mis pecados, mis mancétiles recuerdos flotaban en una gelatina de pasado sabor a alcohol. En ese momento, un sendero me dirigió hacia una parte de San Petronilo que nunca he de estar en. Calles negras como el eclipse de mi alma sucumbiendo ante la terrible desición entre Thalía y Kahína.
Cuando la luz se iba intensificando, mis pupilas reaccionaban como el movimiento de un girasol que se torna desesperado buscando la cálida luz del astro rey. Escuché algo, un susurro, un crujido, una serie de sonidos aleatorios que indicaban soludeste peligro; me torné a mi diestra, observé, esos ojos, un tapetum lúcidum muy brillante, cuando de repente decidí falcar el motor. Cuando el motor hubo dejado de funcionar, decidí desanclar mi cinturón de seguridad, que aunque simple, puede mantener o salvar más de una vida, como el lobo a su lobezno. Salí del auto, dejé las llaves en el septo de encendido.
Cerré la puerta detrás de mí, di cuatro pasos y me acosté en la carretera, y entré en mi soludez pensadora. Esperando que todo terminara, me vi envuelto en un miedo hermosamente destructor de mil almas en desgracia. Sentí latir mi corazón e incluso mis pulmones con una fuerza deshumana que hubiera matado a cualquiera, sin embargo, la noche me daba fuerza, el miedo daba fuerza.
Mientras esperaba, yaciendo sobre el asfalto, a que mi sufrimiento terminase una figura robusta se acercaba a mi, se agacho y reviso mi pulso, cuando se dio cuenta de que seguia vivo y conciente me agarro del brazo con una fuerza perpenetrante y me obligo a levantar obligandome a subir a la obscura patrulla.