Capítulo 2.

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Corro exhausta calle abajo, no sé en qué dirección, simplemente para alejarme de lo que acababa de ver, ¿lo había visto de verdad o mi mente me está jugando una mala pasada? No lo sé, cuando me paro a meditarlo me parece muy ficticio, pero no por ello bajo el ritmo, miro atrás y nadie me sigue, lo cual me da un mal presentimiento, en el caso que lo que acababa de ver fuese cierto… ¿Aquel hombre no debería estar persiguiéndome al saber que alguien se había enterado de que estaba abusando de aquella chica? ¡Ya no sé ni que creer!, vuelvo a mirar hacia delante, me choco con alguien y caigo, ya en el suelo y algo dolorida subo la mirada para pedir disculpas y alguien más alto que yo me extiende su mano, la cojo para levantarme, una vez de pie me fijo y creo que la suerte está de mi parte ahora mismo, es un policía, joven, apostaría a que como mucho tiene 2 o 3 años más que yo, va con gafas de sol y la gorra policial esconde su cabello, pero aun así algún que otro mechón de pelo rebelde se posa delante de sus gafas provocando que se vean sus rizos, las gafas de sol le dan un aire misterioso pero a la vez atrayente, y su amplia sonrisa me reconforta y aspira confianza.

-¿Está usted bien? –pregunta escondiendo sus mechones de pelo en la gorra.

-Sí… ¡Sí! –afirmo algo nerviosa- ¿Me… Me podría acompañar?

-Claro, ¿qué le sucede? ¿Seguro que está usted bien?

Se acerca y me toca la espalda acercándome a su cuerpo y por ello me impregno de su fragancia, y me alejo bruscamente con las cosas claras, pero aún así sigo frágil emocionalmente y decido pedirle ayuda para averiguar la verdad, o más bien, que me proteja de aquella persona en el caso que sí que me estuviese persiguiendo aquel hombre, a pesar de lo oscuro que estaba el callejón sé que era un hombre, tal vez intuición, pero esa mirada no era para nada femenina.

-Yo… Yo… Venga conmigo por favor –tomo aire fuerte- creo que he sido testigo de abusos a una mujer. –concluyo al fin.

-¿En serio? –dice notablemente alertado- Usted ha salido ilesa ¿no?

-Sí, yo… -pero antes de eso me corta.

-No debemos perder tiempo, ¿recuerdas dónde lo has visto?

-Sí, creo que sí

Aquel policía aparecido de la nada parece un ángel caído para salvarme, casi literalmente creo yo, no creo en la suerte pero sí en el Karma, parece que el karma hoy está de mi parte.

-Es aquí -digo algo temerosa situándome detrás del chico, que es más alto que yo.

-Vale, espera aquí

Me aparta con una mano y me aleja un poco más, y se adentra con cuidado mirado a todos los lados, la penumbra hace que ya apenas le divise, hace algo más de un minuto que el hombre está ahí metido y no da señales de vida, sé que un minuto es una gilipollez, y que es muy poco, pero cada segundo pesaba en mi como si fuese una hora, temo por mi vida demasiado, y una se oye el sonido de una caja caer al fondo de aquel callejón y me tenso mucho más de lo que ya estaba, pero aparece una sombra en ese momento desde aquella penumbra y se acerca lentamente hasta mí, yo sigo muy rígida, temiéndome lo peor, que ha encontrado el cuerpo de la mujer que hace apenas minutos estaba viva, y yo he sido la última persona en verla.

-¿Seguro que es aquí? –dice señalando el callejón con la mano.

Afirmo con la cabeza y este se toca la nuca algo confuso.

-No he encontrado nada.

-Entonces eso es malo, ¿no?

-Descríbeme lo que viste a ver si concuerda, por favor.

Le explico con pelos y señales lo que había visto y su expresión cuando termino de hablar me demuestra que ahí no había nada de eso, ni sangre ni nada.

El caso H. (One direction fan fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora