Prólogo

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Caminaba con cautela por las calles de Washington, su mirada iba pérdida en el suelo y ambas manos dentro de los bolsillos de pantalón, vestía bien, era un hombre con presencia.
Sacó del bolsillo de su largo abrigo un papel arrugado, la tinta en él se encontraba corrida por lo que dificultaba leer aquella dirección, sin embargo Jackson había recorrido todas las calles de la ciudad, al menos la mayoría, así que no era un impedimento para llegar a su destino.
Finalmente tras asegurarse de que no hubiera alguna persona a su alrededor, se adentró a un callejón, húmedo, oscuro, como era de costumbre. La neblina caía sobre aquél lugar, un silencio lo llenaba  pues su reloj de mano marcaban las 4 a.m.
Al final del callejón sin salida se encontraban dos hombres cruzados de brazos, sus respiraciones eran pesadas. Con voz ronca Jackson habló, pues sabía muy bien de que se trataba.

— ¿Ya no hay rastro? —  Cuestionó sin expresión alguna.
— Es imposible encontrar el cuerpo de alguien en un río, señor — contestó uno de ellos.
— Vaya, así que un río
— Así es, puede estar tranquilo.

Abrió el maletín marrón que llevaba bajo su brazo y sacó gran cantidad de dinero, éste fue entregado con satisfacción a los hombres, cuyos rostros eran difíciles de percibir. 

— Una vez más, es un gusto trabajar con ustedes.

Sin más que decir, volteó y se retiró del lugar. Nuevamente había logrado hacer desaparecer el rastro de un familiar mas de los Bonner

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