Pasajeros del vuelo 56386F con destino a Sidney, por favor acudan a puerta de embarque número 5B, gracias.
Sigo sin entender por qué nos tenemos que ir – dije esto bastante frustrada cogiendo mi maleta con mala gana para dirigirnos a donde acababan de ordenar por megafonía.
Puede que ahora no lo entiendas Gabi, pero con el tiempo – no le dejé terminar esa frase.
Con el tiempo nada, el tiempo no tiene boca, el tiempo no puede explicarme por qué mierda nos tenemos que ir de aquí – cogí mi maleta con más fuerza y aceleré mi paso.
CAPÍTULO 1.
-Gabi, como no muevas tu culo con más rapidez, llegaremos tarde al instituto! – Mi hermano Taner estaba en la puerta esperándome para nuestro primer día de escuela aquí en Sidney. Instituto nuevo. Gente nueva. Nuevos profesores. Alegría. Pista: NO. Empezar de cero otra vez era una puta mierda.
Mi primera clase era matemáticas, ¿Qué mejor manera de empezar el curso que con una buena dosis de matemáticas? Ninguna, claro está. No sé si vais notando mi sentido nato de la ironía. Y por variar, llegaba tarde. Yo era yo, tanto en Londres como en Australia, como en China.
Peté a la puerta y abrí con cuidado. Un hombre gordo y calvo vestido de traje se presentaba delante de mí.
-Usted debe ser la señorita Parker, ¿o acaso me equivoco? – dijo el mientras se bajaba las gafas para mirar por encima.
- Si señor… - dejé esta frase en el aire ya que no sabía su nombre.
-Hesenhood, señor Hesenhood – dijo el terminando mi frase.
- Eso mismo, Hesenhood.
- Señorita Parker, quiero pensar que su tardanza es debido a que es nueva y no encontraba el aula y no a cualquier otro motivo, ya que lo que más odio es a la gente tardona – dijo esto con las cejas elevadas mientras me miraba por encima de las gafas como hasta ahora había hecho.
- Si señor Hesenhood, no lo dude.
-Se lo permito por ser el primer día, pero que no se repita. Ahora tome asiento señorita Parker y no interrumpa a ser posible.
Este hombre no era más borde porque no podía, el primer día y ya lo odiaba. El curso prometía.
Después de la interminable clase me dirigí a mi taquilla para vaciar los libros y demás cosas que tenía en mi mochila, ya que al llegar tarde a la primera hora no me había dado tiempo a hacerlo antes.
-BÚ!
-Taner! ¿Eres subnormal o que te pasa? - Dije mientras le daba un golpe en el brazo.
-¿Qué te pasa cascarrabias? – Taner me sonrió y me dio una mascada cariñosa.
- No llevo ni una hora en este sitio y ya lo odio, eso me pasa – solté un suspiro y cerré mi taquilla.
- Eres un poco exagerada – Taner me puso un brazo alrededor de mi cuello y yo le dediqué una sonrisa.
-¿Yo? ¿Exagerada? Por favor Taner… - dije con tono irónico mientras hacía un gesto con mi mano.
-Déjate de ironías y corre a tu próxima clase anda. No querrás dar una mala imagen ya el primer día ¿no? – Me dio un beso y se escapó por el pasillo antes de darme tiempo si quiera a contestar.
No me había dado cuenta de que mi segunda clase era una hora libre, y ¿Qué se supone que se hace aquí en una hora libre? Decidí ir a la cafetería a buscar un bollo y un zumo, los metí en mi mochila y me dirigí al campus ¿se dice así? Bueno, al patio trasero del instituto. Había un árbol que daba la sombra, y como al sol no tenía pensado estar, me senté allí y cogí mi móvil. Estaba tranquilamente leyendo cuando unos gritos bastante molestos me despistaron, levanté la cabeza y había cuatro chicos aparentemente mayores que yo saltando unos encima de otros. Y había uno con el pelo rosa lo que me llamó bastante la atención. Me quedé mirando y una risita se me escapó, más bien fue un risuspiro, mitad risa mitad suspiro, no sabría cómo definirlo, y con mi tan mala suerte que uno de ellos me miró y rápidamente volví mi vista al móvil.
