CAPÍTULO 2.

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Había sido un primer día asquerosamente horrible. No me gustaban las clases, ni las asignaturas, ni los profesores y por no hablar de los aires de grandeza que se da aquí todo el mundo, los chicos son, a esa la quiero, a esa la tengo, pero eh, para usar y tirar, lo que me dieron a entender por un par de comentario que prefiero no comentar. Y eso lleva a que las chicas son todas unas guarras que se dejan manipular, no digo todas, hablo en general, por lo que tengo visto en un solo día. Porque sí, un día da para mucho. 

Como ya antes había dicho, el curso prometía. Taner me había propuesto apuntarme a las pruebas para animadoras, cosa que no pensaba hacer, ya que soy todo lo contrario a alguna de ellas, y además parecen una mafia. El, por lo contrario iba a apuntarse a las pruebas de baloncesto, aunque la verdad es que no sé muy bien por qué.

Una semana más tarde…

Este sitio como yo pensaba es un infierno, fin de curso ven a mí.

Estaba cogiendo los libros para mi siguiente asignatura, cuando cerré la taquilla y vi al chico del otro día, bueno, a uno de ellos, al que me había mirado, concretamente, suerte la mía. Su taquilla era la que estaba a mi lado, lo que me parece raro es no haberlo visto antes, pero bueno, da igual. Me disponía a irme cuando este me tocó el  hombro y yo me giré.

-Hola – dije un poco confusa.

-Hola guapa, mi nombre es Calum – dios mío, no por favor.

-Muy bien Calum, me alegro, un placer conocerte supongo – seguía bastante confusa, aunque el ante mi respuesta esbozó una sonrisa.

-El placer es mío, nena – realmente lo que quería era irme, o estamparle la mano en la cara, una de dos, no lo tenía claro. La gente aquí debería bajar de las nubes y ver que con esos aires no van a ninguna parte.

-Bueno, pues chao Calum, tengo clase- dije esto y me di la vuelta para irme, pero él me agarró de la muñeca.

-Espera, estábamos hablando - ¿no se da cuenta de que quiero irme?

-Ya, pero tengo – no me dejó terminar la frase – Tienes que hablar conmigo, es lo que tienes.

-Lo primero- dije poniéndole la mano en el pecho – tengo clase, segundo, hablo contigo si quiero y tercero, baja esos humos romeo – quité la mano de su pecho.

-Te veo un poco alterada, ¿no crees? – en otro momento y otras circunstancias me encantaría hablar con él, porque oye, las cosas como son, el chico es guapo, pero con esos aires y ahora mismo, no.

-No, la verdad estaba muy relajada hasta que llegaste tú, con tus aires de “ey mirarme todos, soy el rey del instituto” – dije esto molesta y me dispuse a irme por segunda vez, cosa que el volvió a impedir agarrándome de la muñeca. Otra vez.

-Lo siento, no quería parecer eso, quería presentarme – puso su mano detrás de la nuca, y parecía adorable. Pero le odiaba por ser subnormal.

-Disculpas aceptadas – le tendí la mano para que me la estrechara, como se suele hacer

-¿Qué haces? – me preguntó gracioso

-Pues darte la mano, en señal de “eh, todo arreglado”, ¿no lo ves? – el empezó a reírse

-No muñeca, aquí no se da la mano – me tomó la mano y me acercó a él, puso su boca en mi oído – aquí se dan dos besos – dijo en un susurro y me dio un beso en la mejilla.

-Bueno Calum, pues encantada, un placer, ya hablaremos y esas cosas- dije un poco nerviosa mientras caminaba hacia atrás, él simplemente empezó a reírse, ¿Qué le pasaba a este chico?, ¿No paraba nunca de reírse o qué?

Beside you - 5 seconds of summerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora