Mientras la relación entre Taek y Binie se fortalecía, las esperanzas de este último de encontrar con el paradero de Tinta y papel, eran cada vez más escasas. El tiempo se había vuelto su peor enemigo al menos en ese aspecto.
Un día, después de que Taek y Hongbin terminaran de cenar en el departamento de él. Taek lo llamó pidiéndole consejo para que revisara un email que le enviaría a su hermana. Binie sabía a la perfección que eso, solo era un pretexto para tenerlo más cerca, porque sabía que Taek escribía perfectamente en la computadora, a veces incluso mejor que él. Y todo debido a que Taek era maestro en una pequeña escuela primaria.
— ¿Qué te pasa? — preguntó, después de dar clic en el botón de enviar de su correo electrónico.
— Estoy preocupado — le respondió Binie aun sentado en el regazo del contrario, con la vista en la computadora.
— ¿Por qué? — le volvió a preguntar.
— Ya sabes, lo mismo de siempre. Hak Yeon quiere que le muestre la dichosa entrevista de Tinta y Papel, y yo creo que estoy cada vez más cerca de convertirme en el rey de España que de encontrarlo. Todo lo que he averiguado es que tiene más o menos tu edad, y eso que ni siquiera estoy seguro de ello y que posiblemente sea hombre... Es como si se lo hubiera tragado la tierra... La verdad es que no lo entiendo. No sé qué voy hacer — dijo Hongbin con pesar.
— Tranquilízate, sus motivos ha de tener para no mostrarse en público ¿no crees?
— Sí, supongo... Pero sabes, hay algo que no entiendo, si no quería ser famoso y que lo reconocieran ¿por qué sigue escribiendo libros? Del primero lo entiendo ¿pero y el resto?
— Bueno, tal vez él no se imaginó que iba a llegar a ser tan famoso.
— Tal vez... Es que es impresionante. Sabías que han traducido sus libros en más de 15 idiomas — dijo con emoción.
— Sí, lo escuché. Tú me lo contaste.
— Me siento un fracasado... — le dijo de nuevo algo triste y frustrado — Mi carrera como reportero jamás despegará si sigo así. Tal vez sea mejor que solo me dedique a escribir los obituarios. Bueno, eso si Hak Yeon no me despide del trabajo antes.
Taek odiaba ver a Hongbin de esa manera, aunque él tampoco sabía cómo ayudarlo, habían recorrido un par de lugares en busca de Tinta y Papel, pero sin ningún éxito. Así que hizo que por lo menos, por un par de horas se olvidara del escritor fantasma.
Comenzó dejando leves besos en el cuello de Binie, aprovechando la posición de éste, ya que su espalda chocaba contra su pecho. Siguió besando el cuello de su novio mientras comenzaba a revolverle el cabello con su mano derecha.
— ¿Qué estás haciendo? — le preguntó Hongbin al tiempo que cerraba los ojos disfrutando de las caricias de Jung.
— Trato de alegrarte un poco — le respondió sin apenas despegar los labios de su cuello.
— Oh. Pues no creo que lo consigas — le dijo jugando Binie.
— Rétame y verás — le dijo al oído Taek.
Hongbin se rio por la contestación de Taek, pero sabía que, si seguía con lo que le estaba haciendo en el cuello, perdería muy fácilmente. Así que trató de levantarse, pero Taek Woon se lo impidió, rodeándolo con sus fuertes y largos brazos, pegándolo más a su cuerpo.
Binie volvió a reír provocando la risa de Taek también. Volvió a besar el cuello de Hongbin, dejando esta vez un par de mordidas igual. Sin esperarlo siquiera, después de un par de minutos de lucha, terminó por dejarse llevar por el torrente de emociones que le causaba Taek Woon. Se giró para estar cara a cara, y sabía que había perdido, cuando ya tenía los labios invadidos por los del contrario.
Se besaron por un par de minutos, hasta que Taek le hizo una señal a Hongbin con la cabeza, para que se levantara de su lugar y después él lo siguió, lo tomó de la mano y juntos entraron a la habitación que compartían todas las noches. Muy lentamente se deshicieron de las prendas que los vestían, entre risas y miradas excitantes.
Hongbin realmente amaba la forma en la que Taek siempre tomaba su cuerpo. Lo hacía de una manera suave, pero al mismo tiempo fuerte y demandante. Esta era la única cosa en la que no hacía planes de ningún tipo, todo lo dejaba a la excelente imaginación de su guapo novio. Él cual siempre lo sorprendía con alguna nueva posición o jugando de alguna forma con su boca, mientras le recorría todo el cuerpo.
Tragando ruidosamente, Binie disfrutaba de lo que el otro hacía con su cuerpo, el cual estaba siendo castigado por la boca de Taek, que cada vez que besaba una parte, después lamía y por último succionaba.
Los quejidos y gemidos de Hongbin inundaban la habitación, avivando el deseo de Taek Woon por él, como si fuera música para sus oídos. Cada vez era diferente, nunca repetía el patrón de castigo hacia Hongbin, le gustaba sorprenderlo de esta manera. Había veces que solo dejaba pequeños besos por todo su cuerpo y otras en las que solo aplicaba leves mordidas.
Con los labios un poco hinchados, por toda la acción aplicada al bello cuerpo de su novio, Taek se separó momentáneamente de Binie, para buscar el lubricante que guardaba en el cajón derecho debajo de su lámpara de noche. Regresó a la cama y colocándose de rodillas frente a Hongbin, vertió suficiente líquido entre sus dedos y los posicionó en la entrada de Binie.
El lubricante era frío al contacto, pero a medida que los dedos de Taek eran masajeados alrededor de la entrada de Hongbin comenzaba a calentarse, y dejar una sensación tibia que le provocaba cosquilleos a Binie.
Taek Woon, no se demoró mucho en introducir el primer dedo en su interior, esparciendo el lubricante por todo el interior de Binie, moviendo su dedo con habilidad por toda la parte interna de él. Un par de minutos después, agregó un segundo dedo y cuando Hongbin se preparó lo suficiente para recibir el tercero.
Taek lo sorprendió a él, introduciendo no un tercer dedo, sino la punta de su miembro al momento que con una mano tomaba el miembro de Binie para estimularlo, todo al mismo tiempo. Los jadeos que emitió Hongbin fueron callados por los labios de Taek, mientras muy lentamente se introducía en lo más profundo de su ser, sin dejar de tocar su entrepierna.
Tomando un ritmo lento, Taek entraba y salía del cuerpo de Hongbin, para que de esta manera el otro se acostumbrara a la ráfaga de sensación que aquella acción le causaba en su interior. Los minutos prosiguieron de esta manera, Taek entraba y salía suavemente del interior de Binie, que con sus brazos rodeaba la ancha y bien torneada espalda del mayor, acercándolo más a su cuerpo, como si quisiera sentirlo más profundo.
Taek entendió aquello como una señal, de que podía comenzar a moverse con mayor fluidez dentro de Binie y así lo hizo, soltó el miembro de Hongbin y tomándolo fuertemente de las caderas comenzó a moverse más fuerte en su interior.
Ambos cuerpos sudorosos, se dejaron ir, un par de embestidas después de que Hongbin le dijera al oído a Taek que lo amaba. Está era la primera vez que lo decía realmente, desde el fondo de su corazón.
Cuando todo acabó y Hongbin se estaba quedando dormido justo al lado de Taek, este le dijo que también lo amaba y lo abrazó más a su cuerpo. Lo único que alcanzó a contestar Binie antes de caer en la inconsciencia total del sueño fue:
— Al igual que yo.
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De Tinta y Papel [LeoBin]
FanfictionUn reportero recién egresado de la universidad tiene el encargo como primer trabajo oficial, encontrar y realizar la primera y única entrevista al escritor más famoso de novelas fantásticas. Pero mientras esta en su búsqueda conocerá a un misterioso...