Prólogo

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El miedo de que todo entre nosotros
se termina de nuevo, me empuja hacia abajo
Odio que mis lagrimas se hayan desbordado
cuando golpeaste mi mundo

One on Rock- Etcetera

Siente su sangre hervir, su corazón late furiosamente, quiere maldecir y golpear a esa chica, pero no puede. No puede golpear a una mujer, por más que quiera no se convertirá en un animal como lo fue padre - seguiría siendo un animal aunque su comportamiento cambiará- y por esa simple razón -una de tantas en realidad- no puede ir y golpear a la nueva conquista de su mejor amigo.

Lo que verdaderamente lo detiene de hacer algo con respecto a ese parásito con tetas es ese título de mejor amigo que lo jode hasta las bolas.

Trata de relajarse cuando ve como Brandon y ella se acercan a él. Saca un cigarrillo y lo enciende, tendrá que inventar una excusa -en realidad dirá la misma cosa de siempre- para explicar su mal humor.

-¡Hey, Alex! -escucha la voz escandalosa y por demás alegre de aquel chico bajito.

-Humm -se limita a levantar la mano y saludar, lanza una mirada dudosa a su amigo con la pregunta implícita de quién rayos es la chica.

-Ella es Scarlett, mi novia -cuando Brandon dice aquello su sonrisa es una de las más alegres que le ha visto poner desde que lo conoció y el castaño siente como su corazón se detiene por un momento.

-Hola -saluda secamente-. Soy Alex, el mejor amigo de este imbécil -extiende la mano sólo por la poca amabilidad que aún queda dentro de él.

-Hola -dice la chica de mirada fuerte y apariencia intimidante, en el mismo modo que lo dijo él y Alexander se pregunta cómo es que su amigo consiguió llegar al corazón de -al parecer- esa chica dura.

-¿Paso algo? Te noto molesto -la voz preocupada hace que regrese su atención a su amigo--Pero claro, tú siempre estás enojado. Te enojas incluso por tener que respirar -suelta una risa fuerte y ruidosa como las que acostumbrado.

-Cierra la boca, imbécil -le dice, golpeándole el hombro a modo de juego.

Todo se siente igual que siempre, pero ahora hay una chica que los mira con una expresión enojada y trata de ocultar una pequeña risa por la forma en que ambos chicos juegan.

* * *

Dos semanas pasan lentas, como si de una tortura se tratara. Las salidas con Brandon se ven interrumpidas por las odiosas frases "Lo siento, pero ya quede de ver a Scarlertt", "Iré con Scarlett a otro lugar", "Me pidió que la acompañará a...". Las cosas cambiaron y en donde antes eran dos, ahora son tres. Y eso lo enoja, ya no existen más aquellos pequeños momentos en los que estaban solos y podía hacer cualquier movimiento, si logra haber algún momento a solas con su mejor amigo se ve interrumpido por la novia de éste.

En todo este tiempo no ha podido ver a Brandon y salir a solas. Las tareas, trabajos en equipo y también tiene que pensar que rayos estudiará lo tienen demasiado ocupado y no ve a su amigo tanto como quisiera, pero por un lado agradece eso. Ya que en estos tres meses se convirtió en un simple espectador de la felicidad ajena.

-¿Qué hice para merecer esto? -

-Ser un verdadero hijo de puta -la respuesta llega rápida y sin ser pensada.

Voltea a un lado para ver cómo una chica de cabello largo y oscuro toma asiento a su lado.

-¿Qué haces aquí, Pau? -pregunta rápidamente al ver a su mejor amiga sentada tranquilamente junto a él.

-Quería saber qué hace mi mejor amigo en todo el mundo -sonríe alegre y con una mirada inocente.

Después de conocer a esa chica por dos años había dejado de caer en las sonrisas bonitas e inocentes que regalaba cuando quería algo.

-¿Acaso tu madre te dijo que no podrías ir al concierto de tu grupo favorito nuevamente y vienes a ahogar tus penas en alcohol? -
La chica hizo un puchero y dejo caer la mitad de su cuerpo de forma dramática sobre la mesa.

-¡No es justo! Llevo ahorrando para esto por dos años -golpea ligeramente la mesa y luego toma la cerveza del chico y bebe un trago-. ¡Acompáñame! Ella me dejará ir si sabe que tú vas conmigo.

-No. Tengo cosas que hacer y no gastaré mi dinero en ir a ver a un grupo que no conozco - agarra su cerveza de regreso y pide una nueva al chico de la barra que tenía rato viéndolo con curiosidad.

-Claro, como no soy tu querido Brandon -su voz es molesta pero en cuanto Alex vuelve la vista hacia ella y le manda una mirada de advertencia, baja la mirada y susurra una disculpa que se pierde por el alto volumen de la música.

Alexander deja de ver a su amiga y se dedica a observar a las demás personas en el club donde se encuentran. No es un lugar muy grande, pero tiene un gran estilo y buenos DJ's. Toma un trago de la cerveza y siente con gran alivio como el líquido frío se desliza por su garganta.

Suspira frustrado y vuelve la mirada a su amiga que ahora se ve más cautelosa con sus movimientos y palabras. Siempre se pregunta cómo es que aquella chica llego a considerarlo su amigo, su personalidad es una verdadera mierda. Apenas habla lo necesario en las clases, es mal hablado, huraño, enojón y en más de una ocasión se había metido en peleas con imbéciles que se creían mejor que todos los demás.

Revuelve los cabellos de la chica y una pequeña sonrisa se forma en sus labios.

-No te preocupes. No tienes la culpa de que yo sea un idiota -deja la botella en la barra y se dirige a la salida del lugar, guardando cuidadosamente en su pantalón el número de teléfono que aquel chico había colocado en la segunda botella de cerveza.

* * *

Alexander sabía perfectamente que hasta hace pocos meses su personalidad no era la mejor del mundo, el crecer en un mundo de adultos, sin ningún otro niño de su edad para jugar había hecho que desarrollara cierto horror por pasar tiempo con adolescentes imbéciles que sólo hablaban de temas sin sentido.

O al menos eso había pensado hasta que hace poco más de medio año, cuando había conocido a Brandon. Un chico de estatura baja con un gusto por el anime-manga, algo raro, pero divertido y sobre todas las cosas, un chico escandaloso. Justo como esas personas que gritan tu nombre cuando te ven a pesar de estar demasiado lejos.

Brandon había llegado a su vida de forma ruidosa y todo a lo que antes estaba acostumbrado se fue al caño rápidamente. El antes callado y serio Alexander se había convertido en un chico algo más hablador, pero aún mantenía esa manía de decir todo lo que pensaba de manera demasiado sincera, hacia bromas y era un poco más social, con quien se tomaba el tiempo de conocerlo.

Su amistad con Brandon había cambiado mucho la forma de ser de Alex. Incluso su madre y hermanas estaban sorprendidas y alegres de saber que el otro único varón de la familia podría no morir solo. Pero con el tiempo se había dado cuenta de que sus sentimientos iban más allá de la amistad.

A sus diecisiete años se había enamorado de su mejor amigo. Tan cliché como en los libros para adolescentes que veía leer a su mejor amiga y las demás chicas de la escuela. Y continuando con la lista de desastres, su mejor amigo estaba enamorado de otra persona.

Lookin' For LuvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora