Cold Heart ❀ One Punch Man

Capitulo 11: No cuesta nada admitirlo

Estaba anocheciendo y comenzaba a hacer bastante frío. Me puse mi pijama de mangas largas y mis pantalones largos para poder intentar calentarme, pero a pesar de eso seguía teniendo frío. Y pensar que en un par de minutos pasaré más frío que de costumbre.

- ¿Enserio tienes frío? -Me miró divertido-

- No, e..estoy bien... -Mi voz temblaba y delataba el frío por el que estaba pasando-

Estábamos lamentablemente solos. Genos ya se encontraba en su habitación y yo... estaba de pié mirando a travez de esta puerta corrediza de cristal. Me encantaba mirar el amanecer, el atardecer y mucho más el anochecer. Escuché como Saitama soltaba un pesado suspiro, por lo que me volví a girar a verlo. Miré como se sentaba en el sofa y al instante dio pequeñas palmadas al lugar que estaba al lado suyo, diciéndome que me... sentara con él. No dije nada, tan solo cedí y me senté a su lado. En eso toma una manta que estaba bien doblada sobre el fotón y me la pone encima, asegurándose de que estuviese bien tapada.

- Cuando tengas frío solo dime, ¿ok? -Sonrió cálidamente-

Asentí desviando la mirada.

- Bien, ¿quieres ver una película? -Se levantó de su lugar acercándose al televisor-

- Supongo que si, no estaría mal -Respondí-

Tardamos unos minutos en decidir cual mirar, hasta que al final mejor decidimos mirar un poco de anime. Con las luces apagadas solo podíamos ver lo que el televisor alcanzaba a iluminar. Sinceramente estaba pasando un gran rato a su lado, podía fácilmente olvidar mis frustraciones. Fue ahi en donde pude notar que Saitama estaba comenzando a temblar, pues la temperatura había bajado bastante.

- Póntela tú -Me quité la manta y se la ofrecí-

- N..No, tranquila, no hace tanto f..frío.. -Insistió-

Bufé para luego colocar dicha manta sobre nosotros. Ahora ambos la compartíamos, a lo que él, con un leve rubor, desvió la mirada y trató de verse firme.

- Estaba bien sin ella... -Dijo en volumen bajo-

- No es cierto, puedo notar que ya no tiemblas tanto -Lo miré divertida-

Después de eso seguimos viendo aquel anime que había puesto. Era demasiado divertido pero a la vez con una interesante trama. Estaba tan concentrada en el televisor que no pude notar cuando la mano de Saitama entró en contacto con la mía. ¿Cómo pude notarlo?, pues este se sobresaltó un poco al instante debido a mis frías manos.

- Dios, ¡estas demasiado fría! -Exclamó sorprendido-

- Oh, l..lo siento... -Cabizbaja me disculpé-

- ¿eh?, ¿por qué te disculpas?, tan solo me tomaste desprevenido -Rió-

Un sonrojo tenue se colocó sobre mis mejillas, no podía evitar estar demasiado nerviosa ante la situación. Al instante tomó ambas de mis manos y comenzó a frotarlas levemente, como si tratase de hacerlas entrar en calor. De todas formas es algo que no sucederá, por que mis manos nunca han podido alcanzar una alta temperatura.

- Demonios... ¿cómo pueden seguir tan frías? -Se dijo a si mismo algo frustrado-

- Hehe, solo déjalas, no llegarás a nada... -Suspiré con una leve sonrisa-

- Tsk... ¡no me voy a rendir! -Continuó frotándolas-

Era bastante terco, pero eso solo lograba divertirme un poco al tratarse de algo sin mucha importancia. Fue ahi en donde aparté mis manos gentilmente llamando su atención, se le veía confundido.

- Tanto mis manos como mi rostro y el resto de mi cuerpo son de baja temperatura. Muy rara vez puedo lograr entrar en calor, algo muy extraño y frustrante -Dije cabizbaja-

- ¿¿Hablas enserio?? -Colocó su mano sobre mi frente y después en mi mejilla- wow, hablabas enserio...

- ¡T..Te lo dije...! -desvié la mirada algo sonrojada-

Con solo unos segundos de total silencio podía sentir su mirada sobre mí, era incomodo pero algo agradable. Tomó mi mano firmemente logrando llamar mi atención. Ambos ahora nos mirábamos a los ojos, mi corazón latía con rapidez. Dios, esto que siento no puede ser real, aun que no se por que lo niego tanto a pesar de que todo es tan obvio. La manera en la que actúo con él, mis sonrojos, todo me delata. En ese momento, comenzó a acercar su rostro peligrosamente a mí.

- Saki...

- ¿Q..Qué estas...? -Apenas si lograba formular una palabra-

Sentía que mi corazón estaba a punto de saltar fuera de mi pecho, mi rostro ardía y lo único que podía hacer era ceder a lo que podría ser un futuro error. Temo tanto a que esto pueda ser real por que posiblemente yo termine siendo solo un estorbo, una piedra en su camino. ¿Por qué pienso así?, no lo se.

- Maestro, ¿está despierto? -Genos apareció tomándonos por sorpresa, obligándonos a separarnos con el rubor cubriendo nuestras mejillas-

- ¿Qué pasa, Genos? -Saitama cubría su rostro con sus manos debido a la pena-

- He estado pensando en algo -Se cruzó de brazos- Si me golpeo en el rostro y me destruyo... ¿significa que soy muy fuerte?, ¿o muy débil?

- ¿¿Qué clase de pregunta tan extraña es esa?? -Exclamó frustrado- ¡¿enserio vienes a preguntarme eso a las 12:09 p.m?!

- No le vi el problema, estaba despierto -Respondió como si nada-

Solté una risa silenciosa, pues Saitama estaba más que enfadado por que Genos interrumpió con una pregunta que bien pudo haber hecho al día siguiente. Me pregunto... ¿tanto ansiaba que ocurriese lo de hace...unos segundos?, ¿tanto deseaba que Genos no nos hubiese interrumpido?. Pensar en ello me hacía sonrojar nuevamente.

Cuando finalmente Genos volvió a dejarnos solos era obvio que ya no era posible seguir con lo de hasta hace unos minutos, sería algo incomodo. Saitama lo único que hizo fue tomar la almohada y abrazarla completamente avergonzado y frustrado, ni siquiera dejaba que mirara su rostro. Verlo así era demasiado adorable, supongo que a fin de cuentas no me costaba tanto admitirlo.

Admitir que me había enamorado de él.