Capítulo: 1

109 15 0
                                    

-Despierta niña! Despierta!

Abrí mis ojos apresuradamente, al oír aquella desapacible voz. El suelo ya no se tambaleaba, por fin habíamos llegado. Me incorporé ágilmente en el asiento donde había pasado la noche, algo desconcertada, el trabajador seguía observándome. ¿Pero qué esta mirando?

Alcé la vista y nuestras miradas se cruzaron.

-¿Pero qué..?-exclamó alarmado el hombre de uniforme.

Cogí mi pequeña maleta y lo esquivé para salir del vagón, no era la primera vez que ocurría pero siempre me hacía sentir incomoda.

-Jovencita, espera!-Oí mientras echaba a andar .

Atravesé el pasillo de madera. Mientras lo hacía mis botas  crujían la madera del suelo al chocar con el tacón, al compás de mi pulso. ¿Porqué estas tan alterada? me preguntaba una y otra vez.

Una vez fuera de ese inmenso ferrocarril me detuve frente a la ventana de la estación, allí todo el mundo parecía feliz, esperanzados de volver a casa o simplemente empezar una nueva vida. Pero yo solo veía mi reflejo, siempre me había preguntado porqué le resultaba tan extravagante y peculiar a todos.
Mi corazón dio un vuelco al advertir la hora en el gran reloj. Se me había hecho tarde, y debía arreglarme, recordé, al volver a examinar mi aspecto. Mi larga cabellera rubia lucía despeinada sobre mis estrechos hombros. No podía presentarme así, parecía una vagabunda, bueno... tal vez lo fuese. Pero todo esto acabaría en un par de horas.


MelanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora