Capítulo: 4

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Golpeé la descomunal puerta con fuerza, y me erguí apresuradamente al ver como se abría casi al instante.

Al otro lado había una mujer de mediana edad, algo rechoncha de corta estatura y con un delantal blanco colgando del cuello.

-Buenos días.-saludé con una amplia y tierna sonrisa- vengo por lo de...

-Qué te pasa en los dientes?- me cortó la mujer con preocupante curiosidad. Este comentario me bloqueó por completo, nunca nadie se había metido con mis palas separadas, en ese mismo instante tuve que contenerme para no  opinar yo sobre ella.

-Soy Melanie, señora-informé ignorando hábilmente su falta.

-Ya...-susurro mientras me examinaba- porque no pasas y te enseño todo?

Apreté mis labios conteniendo una tímida sonrisa, e hice caso a su propuesta.

-A la derecha está la cocina, donde yo suelo estar, así que no entres, más adelante se encuentra la biblioteca, donde tampoco puedes estar y al final del pasillo está...- comenzó a parlotear mientras me enseñaba la casa muy orgullosa.

Yo apenas podía retener la información pero me llamó la atención la amplia luminosidad de la casa, no había rincón sin luz, y lo que más atípico me pareció fue que las habitaciones y salas tenían la luz encendida antes de entrar.

MelanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora