Capítulo 2.

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Murmullos era todo lo que escuchaba a su alrededor, abrió los ojos lentamente con la luz comenzando a molestarle, y sin siquiera saber en dónde se encontraba, poco a poco los murmullos comenzaron a ser voces que no podía reconocer, sentía su cuerpo más pesado de lo normal, así mismo fue abriendo los ojos, cegándose por la luz, le tomó unos segundos poder acostumbrarse a ella, al igual que poder reconocer en dónde estaba y lo que sucedió antes de que él terminase inconsciente.

Yo... no pude haber hecho eso, yo...

El recuerdo del novio besándolo también llegó a él, no comprendía muy bien lo que sucedió, se suponía que el novio debía estar molesto con él, no besarlo y agradecerle por interrumpir su boda. Sus ojos viajaron a las personas más cercanas a él y pudo notar entre ellos a la novia, la reconocía por su vestido blanco y extravagante y algunas personas hablando con ella, agradecía que nadie hubiese notado todavía que él ya despertó, con cuidado se levantó notando que estaba acostado en dos bancas del lugar, las cuales fueron unidas para que esté más cómodo, fue tan silencioso como pudo al colocarse de pie y de la misma manera en escabullirse sin ser notado hasta casi llegar a la puerta de aquel salón.

—¡Tú!

Fue el grito que escuchó, no tenía tanta suerte ya que más de una mirada se posó sobre él, pero él no pensaba quedarse ahí, intentó huir sin mirar atrás, sin embargo alguien lo sujetó antes de que lo lograse, hubiese sido fácil huir de la chica que lo sujetó si tan sólo la empujaba un poco ya que ella parecía ser de las que lloraba sólo porque una uña se le rompía, pero no lo hizo, y para cuando lo intentó ya se encontraba rodeado de personas, sobre todo de chicas que se veían tan intimidantes en su estado confuso todavía porque la lucidez no había regresado con él cuando recobró la consciencia.

—Déjenlo en paz.

Otra vez aquella voz masculina que ya escuchó antes, y fue rodeado por sus brazos, en otra situación lo abría alejado ya que no lo conocía, sin embargo ahora se sentía seguro oculto en su pecho, escuchó más gritos que no logró entender porque su cerebro sólo le decía que debía irse de ahí sin importar nada, ya suficientes problemas había causado y pudo remediarlos si tan sólo decía la verdad, pero ésta no le fue exigida en ningún momento y eso a pesar de saber que estaba mal le hacía sentirse más tranquilo.

No sabía lo que estaba sucediendo a su alrededor pero en un momento sintió que fue presionado más contra el pecho el chico que lo abrazaba, siendo girado muy rápido, se encogió entre aquellos brazos cuando escuchó más gritos y el golpe en seco muy cerca de él, apretó los ojos y por primera vez se aferró a la persona que lo abrazaba, hubieron más gritos tanto de mujeres y hombres pero él ya no le estaba prestando atención, también escuchó como la persona que le abrazaba respondió en varias ocasiones pero él ya no se movía, continuaba aferrado a él, sintiéndose seguro.

—Llévatelo de aquí ahora antes de que esto sea un mayor caos, después arreglaras las cosas con tus padres y Na Yeon.

***

Sus ojos se pasean por todo el lugar, deteniéndose en más de una ocasión en la fotografía que estaba sobre la mesita de centro, en donde se encontraba el hombre que en ese momento se estaba en la cocina sonriendo junto a otro chico que no sabía quién era, sintiendo el impulso de tomar la fotografía, pero deteniéndose en medio de la acción al escuchar los pasos acercándose. Se sentó correctamente, sabía que era el momento de disculparse, de preguntar por la forma en la que rectificaría aquello que hizo, porque no fue su intención arruinar todo.

—Bebe un poco, creo que te hará bien —el hombre le extendió una taza, con alguna infusión que le hizo dudar si debía beberla, era recibir algo de un completo extraño ya suficiente era con estar en un lugar desconocido —sólo es valeriana, te hará bien, y no creo que afecte a tu bebé.

Tal vez fue nuestro destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora