¿Desafiando el destino?

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Po ya no lo miro, cargo a tigresa en sus brazos y tomó el camino a casa. Kentaro ve a su padre llevar a su mamá a lo que lo siguió de cerca. Llegaron al palacio, y los que estaban presentes ahí, vieron con horror que po llevaba a tigresa en brazos, quien se veía en mal estado. Iban a preguntar qué había sucedido pero po paso de largo y llevó a tigresa a otro sitio, mientras que kentaro comenzó a llorar y fue con su abuelo shifu, a decirle que por su culpa su mamá ya no estaría con él.
Shifu le preguntó qué había pasado a lo que el pequeño contó su versión. Los demás escucharon con lo que no podían creerlo. Shifu abrazo a kentaro y lo reconfortó, diciéndole que a veces las cosas suceden por algo y si son malas hay que enfrentarlas y tratar de tomar el mejor camino para seguir adelante. Kentaro solo sollozo ocultando su rostro en el hombro de su abuelo.

Del otro en una habitación, po lloraba a lado del cuerpo de tigresa, se sentía impotente, su hijo había actuado irresponsablemente provocando todo eso. Si no le hubiera quitado la vista de encima nada de eso hubiera ocurrido.
Ya no vería con vida a la felina que le dio tantas alegrías, disgustos, peleas, reconciliaciones. Todo había acabado, tomó la mano fría de su esposa y lloró desconsolado. No podía aceptar que ya no estuviera con vida, el daría lo que fuera por volverla a ver.

Alzó la mirada, a su mente había llegado una posible solución, era una locura, algo arriesgado pero tomaría cualquier riesgo solo por ella. El chi, su chi podría reanimar el corazón sin vida de tigresa, su energía le dará vida nuevamente, podría verla una vez más.
Se levantó, concentró toda su energía, todo el chi que podría tener. Acercó sus manos al pecho de tigresa, exactamente donde estaba el corazón y comenzó a otorgarle su chi.

El cuerpo de tigresa empezaba a brillar, el chi que po le otorgaba estaba recorriendo cada centímetro del cuerpo. Las heridas y rasguños empezaban a sanar, el calor corporal se hacía presente. Po estaba emocionado, estaba funcionando a pesar que su cuerpo empezaba a fatigarse, pero que va no le importaba, ella era lo único que importaba.
De pronto el cuerpo de tigresa tuvo un espasmo fuerte haciendo que ella tomara una bocanada de aire y empezara a toser escandalosamente. Po al verla reaccionar, la empezó a tranquilizar, a calmarla, parecía funcionar, pero cuando recupero la calma ella ya no se movió. Él la llamó, pero no respondió, tomó su pulso y efectivamente estaba viva. Volvió a llamarla pero no recibió respuesta.
Su corazón que antes rebosaba de alegría, ahora se llenaba de miedo, tigresa no reaccionaba a su voz, a su tacto, era como si estuviera muerta.

No sabía qué sucedía, el pánico lo atrapo. Su miedo de haber hecho algo mal, lo cegó. Aun estando débil, se apartó de ella, tambaleante salió de la habitación, tenía que buscar ayuda, alguna respuesta y shifu era el indicado para ello. Lo buscó, sabía que le iría mal pero debía saber que ocurría.

Del otro lado, kentaro estaba en la habitación la cual era de sus padres, shifu lo había dejado por un momento en ese lugar para avisarle a su otro abuelo, li shan quien vivía a las afueras del valle de la paz, sobre lo que había pasado ese dia. Su abuelo ping ya estaba en camino, quien había sido avisado por su tío grulla, así que no estaría solo.
Se acostó en la cama, abrazando la almohada de su madre, la cual estaba impregnada por su aroma. La abrazó con fuerza pidiendo perdón por lo que había hecho y que jamás fue su intención provocarle tanto daño.
Se quedó dormido por un tiempo, y al despertar, ya era de noche ya que por la ventana se notaba el manto nocturno. Se levantó y no vio a su abuelo ping ni a su abuelo shifu, le pareció extraño, así que salió de la habitación para ir en busca de su papá.

Camino por los pasillos hasta llegar a la cocina, donde varias voces discutían, gritaban, alegaban locura e impertinencia. Era todo tan confuso, hasta que la voz de su padre se escuchó.

P.-se que debí consultarlo con ustedes. Pero entiendanme, es mi esposa, es la mujer que yo he amado con todas mis fuerzas. Si tenía la posibilidad de regresarla a la vida, la tomaría. Se presentó esa posibilidad y la tome, ella está con nosotros nuevamente!-su voz sonaba con esperanza pero con algo de inseguridad. Después que habló siguió otra que conocía, su abuelo shifu

PérdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora