—Vaya, vaya..., ¡si es el mismísimo Arthur Weasley!— Era Lucius Malfoy. El señor Malfoy había cogido a su hijo por el hombro y miraba con la misma expresión de desprecio que él.
—Lucius —dijo el señor Weasley, saludándolo fríamente.
—Mucho trabajo en el Ministerio, me han dicho —comentó el señor Malfoy—. Todas esas redadas... Supongo que al menos te pagarán las horas extras, ¿no? —Se acercó al caldero de Ginny y sacó de entre los libros nuevos de Lockhart un ejemplar muy viejo y estropeado de la Guía de transformación para principiantes—. Es evidente que no —rectificó—. Querido amigo, ¿de qué sirve deshonrar el nombre de mago si ni siquiera te pagan bien por ello?— El señor Weasley se puso aún más rojo que Ron y Ginny.
—Tenemos una idea diferente de qué es lo que deshonra el nombre de mago, Malfoy —contestó.
—Es evidente —dijo Malfoy, mirando de reojo a los padres de Hermione, que lo miraban con aprensión—, por las compañías que frecuentas, Weasley... Creía que ya no podías caer más bajo.
Entonces el caldero de Ginny saltó por los aires con un estruendo metálico; el señor Weasley se había lanzado sobre el señor Malfoy, y éste fue a dar de espaldas contra un estante. Docenas de pesados libros de conjuros les cayeron sobre la cabeza. Fred y George gritaban: «¡Dale, papá!», y la señora Weasley exclamaba: «¡No, Arthur, no!» La multitud retrocedió en desbandada, derribando a su vez otros estantes.
—¡Caballeros, por favor, por favor! —gritó un empleado.
Y luego, más alto que las otras voces, se oyó:
—¡Repugnante! ¡Basta ya, caballeros, he dicho que basta!— ahí en la entrada abierta se encontraba una joven de la misma edad de Ron, Harry y Hermione, pelirroja que a diferencia de los Weasley el cabello de ella era de color escarlata— Señor Malfoy, Señor Weasley, esta no es forma de comportarse.—
¡Aelin!— gritaron los involucrados en la pelea. Hagrid vadeaba el río de libros para acercarse a ellos. En un instante, separó a Weasley y Malfoy. El primero tenía un labio partido, y al segundo, una Enciclopedia de setas no comestibles le había dado en un ojo. Malfoy todavía sujetaba en la mano el viejo libro sobre transformación. Se lo entregó a Ginny, con la maldad brillándole en los ojos.
—Toma, niña, ten tu libro, que tu padre no tiene nada mejor que darte. — y se giro a la pelirroja que les había gritado — Aelin, ¿que hace usted en un lugar como este?
Comprando material Lucius — contesto clavando su mirada esmeralda en el rubio mayor dejando desconcertados a los demás en la forma respetuosa en la que Malfoy se dirigía hacia ella y en la que ella contesta—
Pandora y Morgana no la acompañan — dijo nuevamente de manera cortes—
No, ellas están ocupadas — se encogió de hombros restándole importancia al asunto— y, ¿usted a que vino?
Ya sabe, por los libros de mi hijo para Hogwarts — y como si se acordara de la presencia de su hijo le hizo un gesto para que se acercara — Draco te presento a la señorita Aelin Fontaine, Señorita Fontaine le presento a mi hijo Draco Malfoy
Mucho gusto Aelin — y Draco beso el dorso de su mano con una sonrisa coqueta—
Igualmente Draco — contesto con una media sonrisa.
Nos veremos en otra ocasión Aelin— hizo una seña a Draco y ambos Malfoy salieron de la librería.
—No debería hacerle caso, Arthur —dijo Hagrid, ayudándolo a levantarse del suelo y a ponerse bien la túnica—. En esa familia están podridos hasta las entrañas, lo sabe todo el mundo. Son una mala raza. Vamos, salgamos de aquí.
Dio la impresión de que el empleado quería impedirles la salida, pero a Hagrid apenas le llegaba a la cintura, y se lo pensó mejor. Se apresuraron a salir a la calle. Los padres de Hermione todavía temblaban del susto y la señora Weasley, que iba a su lado, estaba furiosa.
—¡Qué buen ejemplo para tus hijos..., peleando en público! ¿Que habrá pensado Gilderoy Lockhart?
—Estaba encantado —repuso Fred—. ¿No le oísteis cuando salíamos de la librería? Le preguntaba al tío ese de El Profeta si podría incluir la pelea en el reportaje. Decía que todo era publicidad.
Arthur, vamos a hablar — dijo la pelirroja de manera seria, todos no sabían quien era pero al parecer por como hablo con los Malfoy debería ser alguien importante, el señor Weasley y la pelirroja Aelin se alejaron un poco de los demás para que no escucharan su platica.
¿Quien es la chica?— pregunto Ron a nadie en especifico—
No lo se, pero si es importante— contesto Hermione—
Una sangre pura — comento la Señora Weasley al aire, mientras veía la conversación de su esposo a lo lejos—
Puede ser — susurro Harry mirando a la chica misteriosa—
La charla fue vista desde lejos y vieron el momento en el que del pequeño bolso que tenia la pelirroja saco una bolsa de tela de tamaño considerable, por lo menos unas 4 veces mas grande del que tenia ella para entregársela a Arthur junto a un sobre.
¿Como lo hizo?— pregunto Hermione con los ojos grandes —
Hechizo de explanación in-detectable — dijo el señor Weasley al llegar junto a ellos con la bolsa al hombro—
¿Que quería Arthur?— pregunto Hagrid —
Solo darme objetos muggles encantados, los compro en una barata pero al usarlos resultaron encantados por los que me los dio con la nota de compra— explico echando una mirada dentro de la bolsa encontrando desde unas llaves hasta un control remoto— y me dio esto — mostrando el sobre el cual Molly agarro para ver el contenido.
VALE
Cupón valido para:
5 túnicas escolares de diferentes tamaños.
1 túnica para dama.
1 túnica para caballero.Valido en «Madame Malkin, túnicas para todas las ocasiones»
Molly tenia la boca abierta cosa que no paso desapercibida para los demás y Arthur el mas cercano le quito el pergamino leyendo lo mismo y teniendo la misma impresión que su esposa. Del sobre cayo un trozo de pergamino que Molly levanto y leyó:
Para Arthur Weasley.
Arthur acepta el cupón, como una pequeña muestra de agradecimiento por todo lo que has echo por mi.
Atte: Aelin I. Fontaine.
Los señores Weasley se miraron por unos segundos para después dirigirse a «Madame Malkin, túnicas para todas las ocasiones», a comprarles una túnica nueva para cada uno de los integrantes de la familia.
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Enigmatica Pelirroja
FanfictionAl terminar su primer año en la Academia de magia Beauxbatons, Aelin debe prepararse para asistir ahora a Hogwarts, la mejor escuela de magia en todo el mundo. Adaptarse sera el menor de sus problemas ya que la cámara de los secretos a sido abierta...