Nadie sabe como es la vida de Kenia.
Todos prestan atención a Alexa, la protagonista de la novela.
Nunca nadie ha sabido como es la vida de un personaje secundario.
Lee esta historia donde verás que los papeles secundarios sufren más que los protago...
Me despierto con la canción de Don't let me down y me quedo unos segundos más mirando el techo de mi nueva habitación.
Son estos momentos donde me doy cuenta de que la vida es hermos...
-Ahhhh!!
Creo que mi grito se ha debido de escuchar por toda la casa porque ahora mismo están todos en mi habitación, menos los dos responsables.
-Mamá, los gemelos me han puesto miel en las zapatillas.
Y ella, como ejemplo que es para todos, se echó a reír.
Panda de locos.
-Vale, fuera.
Todos se empezaron a ir y cuando ya no quedaba nadie me cambié mi hermoso y sensual pijama de Bob Esponja, por...
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De repente, Cassie entra en mi habitación.
Llevaba un vaquero negro, una camiseta negra, una chaqueta negra, unas botas negras, un gorro de lana negro y, ¿a que no sabéis de que color era su maquillaje?
-Te echo de menos rubia.-Ella me miró mal y yo negué en desaprobación.
Al principio fue un poco chocante, porque de un día para otro la niña rubia de ojos azules tenía su larga cabellera oscura.
-¿Has cogido mi pintalabios?-Me preguntó seriamente. Todos en esta casa sabemos que las cosas de Cassie son sagradas.
-Ya sabes que yo no cojo tus cosas Cassie.
-Y ya sabes que me gusta que me llamen Sandra y me sigues llamando Cassie.
El nombre completo de mi hermana es Cassandra, pero su faceta gótica rebelde se llama Sandra.
-Vale Sandra, vuelve a las sombras, hoy hace sol y no te querrás broncear.
-Iugh, no. ¿Qué será lo siguiente, ducharme con agua?
Y en estos casos es cuando piensas.
No preguntes.
Y créeme, es mejor no preguntar.
De repente, se escuchó el grito de mi madre.
-Daniel y Jack-Llamó a los gemelos.-Venid aquí ahora mismo. ¡Tú también Kenia!
Nada mas llegar al baño, que era donde estaban todos levanté las manos.
-Yo no he hecho nada.
-Oh, no, claro que no. Entonces podrás explicarme por qué han hecho esto los gemelos.
Todos los dioses, escuchadme, que no sea lo que estoy pensando.
Oh, sí, muchas gracias dioses. (Ironía)
Como suponía los gemelos habían utilizado el pintalabios de Cassie para escribir: La cámara de los secretos ha sido abierta, enemigos del heredero temed.
Y el símbolo de las reliquias de la muerte.
Les miré echando fuego por los ojos.
-¡Os dije que no habláseis de Harry Potter!
-Y técnicamente no hemos hablado.-Dijo Jack.
-Sujetadme, para que no saque la varita de Sauco y se la meta por...
-KENIA
Mi madre cogió a los dos gemelos por el cuello de la camisa y los puso a ambos lados.
-Hoy es vuestro primer día de colegio, instituto y universidad. Hay que dar una buena imagen, a si que, por favor arreglaos y bajad ya. Y Kenia, no les dejes que vean Harry Potter.
-¡Pero no lo hago! Yo los escondo en el lugar en el que menos se te ocurriría mirar.
-Sí bueno.-Se mofó Daniel.-El cajón de los sujetadores es un gran escondite.
Mi cara se tornó de mil colores y ellos dieron dos pasos hacia atrás.
-Mamá...Quiero un candado.-Dije tranquilamente. Todos se sorprendieron ante el tono pacífico que utilicé y se relajaron.-PARA QUE LOS DOS NIÑOS MITAD MONO NO PASEN A MI HABITACIÓN Y SEPAN QUE ES LA PRIVACIDAD Y EL ESPACIO PERSONAL.
-Calma, melli, ya sabes como son los niños.-Zack me abrazó por detrás y me relajé al sentir a mu mellizo cerca. Es un tipo de conexión que existe entre todos los hermanos, pero es más fuerte en los gemelos y mellizos.
-Claro.
Cogí mi mochila llena de libros y bajé las escaleras de mármol blanco hasta llegar a lo que es el recibidor.
Todos estaban preparados y mamá se hizo hueco posicionándose en medio del corrillo.
-Yo llevaré a los gemes, Cassie y a Sab. Hunter tu llevarás a Leo, Theo, Kenia y Zack.
De acuerdo, nos subimos a los coches y nos fuimos.
Iba admirando el paisaje aquí en Montreal, que es bastante impresionante.
Me perdí en la música, desconectada del mundo real.
Recordando aquellos tiempos en los que saltaba con mis botas de agua sobre montones de hojas secas en otoño, o me hice mi primer tatuaje.
Llegamos a lo que supongo que sería mi nuevo instituto y miré el gran edificio de ladrillos rojos, con una estructura beige y un gran portón de hierro.
Había un montón de adolescentes que se saludaban, seguramente preguntándose que tal les había ido en el verano.
En cuanto salimos del coche todas las miradas se centraron en nosotros haciéndome sentir incómoda.
