Castillos de arena

48 5 0
                                    

Los árboles parecían cambiar según el color de la luna. Cuando empezó a teñirse de rojo, los árboles se apagaron completamente y quedé en presencia, únicamente, de la luz lunar.

Podría decir que me agradó, pero, al mismo tiempo, no tuve muy buenos presentimientos.

Terminé teniendo razón; la tierra empezó a temblar y vi cómo salieron varias torres por detrás del bosque. Era un castillo.

La luna empezó a cambiar de color en color más rápido de lo que llevaba haciéndolo. Hubo un momento en el que se apagó, y la única luz que había estaba dentro del castillo, por lo que decidí cruzar el bosque.

En el camino, mi mareo se agravó, y el agujero de mi tráquea se abrió demasiado y mi cabeza terminó cayéndoseme.

Vi como mi cuerpo siguió corriendo por milésimas de segundo, hasta caer y quedarse clavado en una rama, ya ahí no pude mantener más el peso de mis párpados.

En poco tiempo estaba en presencia de un reloj de péndulo marcando las 10:45 encima de nada; esta vez no había fondo, no era un color de fondo, no era blanco, no era negro. El reloj cambiaba la frecuencia en que el péndulo oscilaba, aunque lo más probable es que fuera mi percepción del tiempo, pues en momentos yo contaba un segundo y el péndulo oscilaba 7 veces, y a veces tardaba minutos en hacer una sola vuelta. Empecé a desesperarme y un reloj de bolsillo se comenzó a aparecer en mi vista tapando todo lo demás. Aparecía y desaparecía tan rápidamente que no me daba tiempo de ver la posición de las agujas. Cuando pasó un tiempo mi vista se acostumbró al reloj, y aunque las agujas nunca estaban estáticas, conseguí verlas antes de que desaparecieran. Y por alguna razón siempre estaban en la misma posició, marcaban las 4:15, exactamente contrario a las 10:45.

Oí voces, me gritaban de todas las direcciones. No había nadie, pero me gritaban. Me decían "Sal del valle", "aléjate del castillo", "atiende los deseos de la luna".

Parpadeé y aparecí en frente del castillo, esta vez con la cabeza en su sitio. Miré el castillo y salí corriendo del lugar, la luna empezó a cambiar de color rápidamente, no sabía si el tiempo estaba pasando demasiado rápido para mí o estaba a punto de pasar algo. El miedo me pudo y las piernas me empezaron a temblar, pero no podía pararme, mi instinto me lo decía.

Conseguí llegar al camino que estaba siguiendo antes de que se alzase el castillo. Mi adrenalina seguía estando al máximo y mi cuerpo me decía que siguiera corriendo sin importar nada, así que continué.

De repente todo se paró, mi cuerpo dejó de correr y cayó al suelo con la mirada hacia el cielo, la luna dejó de cambiar de color y se quedó en gris.

Empecé a ver cómo la luna se iba moviendo y empezaba a salir el sol, no lo había visto hasta entonces. Los días empezaron a pasar como horas, luego como minutos, y mi cuerpo seguía tirado viendo el cielo. A veces no me daba cuenta de si era día o era de noche. Pasaron años y cuando quise hacer algo me dí cuenta de que mi cuerpo había sido absorbido por la tierra del valle, todo mi cuerpo menos mi cabeza.

Siguieron pasando los años, y los sentía como días. Nevó, llovió y se secó la tierra a mi alrededor; apenas me enteré.
En un momento dado ya no sabía como sentirme, quería sentirme triste por no llegar al final del valle, quería sentirme calmado porque por fin no tenía miedo ni parecidos, por otra parte quería sentirme angustiado... ¿Y si ya estaba muerto?
No supe si sentir miedo ante la respuesta inalcanzable o no, aunque mi visión y audición eran las únicas que mantenían la hipótesis de seguir vivo.

El mundo se apagó, ya no veía nada, no escuchaba nada; sólo mi conciencia seguía. Me angustié por no poder sentir nada, aunque la verdad tampoco supe por qué me había angustiado si yo ya no existía. El tiempo, si es que seguía su rumbo, parecía seguir.

Me di cuenta de que ya había muerto, no sabía ni cómo ni cuándo ni dónde, solo sabía que había muerto.

Horas, días, años. Años, siglos y milenios. La eternidad se pasaba en frente mío y por fin había muerto. Mi conciencia descansó y morí realmente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 27, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Valle de La Soledad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora