Cielo ilegal© (Pausada)

capítulo 17.

Ryan en multimedia
Narra sky:

-y se puede saber, ¿cuál sería esa razón?- Mi rostro no mostraba más que burla y egocentrismo puro.
-fácil, te debo un favor, y no hay nada mejor que pagártelo con una cena-creo que mi cara era todo un poema, porque Ryan no podía parar de reír.
-¿De que te ríes niño pijo?, que yo sepa no eh contado ningún chiste- el tono que usé dió a entender mi enojo y frustración, ya que después de eso, su rostro cambió a estar completamente serio, me miró a los ojos de una forma completamente desconocida para mí.
-te eh dicho que no me digas niño pijo, no sabes nada de mí, para la otra procura tener cuidado con lo que dices...
y si me eh reído ah sido por la expresión que pusiste- hizo comillas al decir "niño pijo".

- tu no eres nadie para decirme que decir o hacer- eso se lo dije haciendo referencia a su comentario sobre mi manera de como decir las cosas y la"cita"

-ya te dije sky, no soy la persona que crees, no es bueno juzgar a un libro por su portada- usó un tono de voz un tanto escalofriante y profundo.

- Hay Ryan, tu tampoco me conoces, nadie se conoce lo suficiente, no sabes lo que soy capaz de hacer- lo último se lo dije en el oído, mientras rozaba mi uña en su cuello, enterrandola en el borde de este.

En su cara se reflejaba el nerviosismo que sentía ante el roce de nuestros cuerpos, mientras nuestras respiraciones se llegaban a mezclar.

Nos encontrábamos en la mitad de un pasillo, específicamente el de los casilleros, el cual se encontraba extrañamente vacío.

Narra Ryan:

Y esque sky tenía razón, nadie se conoce lo suficiente.

*dejemos los pensamientos profundos para otra ocasión, tenemos una pelea que ganar*
Y por primera vez le hice caso a mi conciencia.

Me aleje de esa situación un tanto comprometedora, para luego desafiarla sólo como yo se hacerlo.
-recuerda, 7:00 pm, y si quieres te voy a buscar-
Me gustaba hacerla enfadar, que digo, me gusta mucho hacerla enfadar es algo que se convirtió en uno de mis pasatiempos favoritos.

Cuando posé mi vista en ella me dí cuenta que me lanzaba miradas de odio y de frustración, estoy seguro que si las miradas mataran, estaría 4 metros bajo tierra. Por suerte, no hacen más que incomodar.