Carretera | Jesy Nelson ✔

Capítulo único

"...shake it off, I shake it off..."

Jesy rió un poco más al oir las voces de sus mejores amigas, las tres totalmente pasadas de copas.

Iban por la carretera, y ella maldecia interiormente por ser la conductora designada de aquella noche.

No había podido tomar absolutamente nada, en un intento de parecer realmente responsable; ¿no era como la quinta vez en el mes que ella era la conductora designada?

Los ojos de la actual pelirroja estaban fijos en la carretera, mientras que cantaba una que otra palabra de aquella canción.

No entendía la razón por la cual Perrie había elegido esa noche un bar que quedase fuera de la ciudad, aunque no podía negar que se la habían pasado de maravilla más allá de la falta de alcohol.

Eran las 3 a.m, y ella se sentía demasiado somnolienta. Los parpados habían comenzado a pesarle hacia cosa de diez minutos.

Vio en la distancia la figura de lo que parecía ser una mujer, con el cabello azabache casi camuflandose con la oscuridad de la noche.

¿Llevaba puesto un vestido de novia?

Un escalofrío la recorrió de arriba a abajo, dejandola desorientada.

Su mente casi la había obligado a parar, para ver que era lo que tenía aquella mujer. Sin embargo, siguió de largo; ella era la unica consciente en aquel automóvil, y no era una buena idea meter a alguien extraño allí.

Aquél fue el primer error de Jesy.

Tenía las manos aferradas al volante, clavandose sus propias uñas en la parte interna de los nudillos mientras su mente formaba una y mil historias sobre la mujer.

No notó el segundo en el que la figura de la mujer apareció frente a ellas en la carretera, con la boca abierta como si estuviese gritando.

Por acto reflejo, la chica giró el volante con fuerza logrando que el auto se desbarrancase.

Y el temor se apodoró de ella. Sentía el sabor metálico de la sangre en la boca, como si se hubiese roto el labio o la nariz le estuviese sangrando.

Habían aterrizado justamente en un pequeño lago, y el agua se había filtrado rapidamente dentro del automóvil.

Aún tenía los ojos cerrados por el impacto, esperando encontrarse con lo peor.

-¡Jesy!-La voz de Jade fue un alarido de terror, que obligó a la pelirroja a abrir los ojos-Manten los ojos en la carretera-

Seguían el rumbo, como si nada de ello hubiese pasado.

Pero, ¿por qué sus pies permanecían mojados?