Capítulo 1

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Moví mis muñecas en un intento de soltarme. Esto se estaba convirtiendo en algo insoportable. Eché la cabeza hacia atrás ahogando un gemido.

-Mírame- dijo esa voz profunda que me volvía loca. Levanté la cabeza y me encontré con esos ojos marrones con manchas verdes llenos de lujuria.

-Señor Smith no creo que pueda aguantar mucho mas- dije con la respiración agitada y el se mordió el labio.

-A sí me gusta señora Turner- dijo volviendo a introducir dos dedos dentro de mi y un gran gemido salió de mi garganta. Teníamos un juego en lo que se refiere al sexo. Y es que hablarnos de usted era algo que encontrábamos terriblemente excitante.

-Me..me..corro- dije antes de llegar al éxtasis y dejarme caer en la cama. Oí su risa.

-Me encanta ver su cara de placer-dijo acercándose a mi- Espero que sepa que esto no acaba aquí- y estaba en lo cierto, esto aquí no acababa. Una de las cosas que caracterizaban a Álvaro era su insaciable sed de sexo, cosa que yo adoraba. Cuesta creer que con solo 17 años el chico ya tuviera tanta experiencia en ese campo pero así era. Con tan solo 15 años había estado con una mujer varios años mayor que él, que le había enseñado todo lo que ella sabía y al parecer fue mucho.

Yo era una chica de 16 años que sin saber como,había caído en sus redes. Lo conocía desde hacia tiempo pero jamás pensé que acabaríamos así, ¿Quien me diría que una vez mas iba a estar yo, Anabella Turner, en la habitación del señor Smith? Sinceramente,nadie.

-Deje me jugar a mi un rato por favor- pedí en un susurro y el posó sus labios sobre los mios en un dulce beso.

-Claro que si señora Turner pero antes déjeme hacer algo- pasó delicadamente sus manos por mis brazos hasta llegar al amarre de mis muñecas. lentamente me desató y yo aproveché para tumbarlo y ponerle las esposas que se encontraban en la mesita que había junto a la cama- veo que sigue tan ágil como siempre.

-A si es señor Smith- recorrí su cuerpo con la mirada- Vaya,creo que le sobre algo-Dije refiriéndome a sus boxers negros. Puse mis manos en la tira de estos y los bajé dejando al descubierto su gran erección. Levanté la mirada y me encontré con esos ojos marrones perdidos en los mios. -pero mire a quien tenemos aquí,si es,según usted, mi mejor amigo.

-Creo que no me equivoco- dijo con la respiración agitada

-No lo hace- puse una de mis manos en su glande y este pego un gruñido. Bajé esta delicadamente y mi acompañante tiró de su agarre en un intento de liberarse, cosa que ambos sabíamos que era imposible

.-Anabella por favor hazlo mas rápido- había incumplido una de nuestras reglas, quien dijera el nombre del otro al tener sexo debía sufrir un castigo.

-Señor Smith lo siento mucho pero ha incumplido las reglas, que casualmente fue usted el que las puso. Ya sabe lo que eso significa.- su cara se desencajó y estaba claro el porqué. Estaba ahí, a mi merced. Podía hacer lo que quisiera con él y ya tenía una idea. Me giré y cogí un bote de nutella que había en la mesita, lo abrí y puse un poco de su contenido en la punta de su pene. Lentamente me acerqué a él y probé un poco de ese manjar. Rápidamente elevó sus caderas para intentar tener un roce mayor, cosa que no consiguió.- Señor Smith,¿qué quiere?- levanté la vista y lo vi con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás

-La quiero a usted- sonreí ante su respuesta

-¿Que quiere que haga?- sabía que esto le costaba mas que nada. El rubio odiaba tener que pedir las cosas tanto como yo pero a ambos nos gustaba que el otro lo hiciera.

-Oh vamos señora Turner, ya lo sabe

-Me temo que esta equivocado, no lo sé- lo oí suspirar

-Quiero que- volvió a suspirar- se la meta en la boca- Me incliné e hice lo que me pidió, haciendo que este diera uno de los gemidos mas fuertes que había oído salir de el. Cuando noté que estaba apunto de llegar al clímax me separé.-Señora Turner- dijo un tanto enfadado. Volví a inclinarme y seguí con mi trabajo anterior,repitiendo la misma acción dos veces mas.

-¿Está bien señor Smith? Parece molesto- dije riendo

-Señora Turner espero que sepa que todo esto que me está haciendo pasar se lo devolveré en un futuro cercano.- un escalofrío recorrió mi cuerpo

-Si, lo sé y eso me da miedo- el rió

-Debería tenerlo.-dijo divertido- Bueno, y ahora por favor,¿podría acabar con su castigo? Esto es insoportable.- sonreí y asentí. Me levanté y puse mis piernas a cada uno de sus lados. Me dejé caer, dejándole entrar en mí. Subí los brazos y le quité las esposas. Rápidamente puso sus manos en mi cintura pegándome a él.

-Dios Álvaro no puedo- dije en su cuello. En un movimiento rápido cambiamos de posiciones. Una fuerte embestida me hizo gritar.

-Eso es cariño, grita mi nombre- dio otra embestida- Ya falta poco

-Me corro- grité curvando la espalda.

-Aguanta un poco mi vida, solo un poco- tras decir eso los dos estallamos en una explosión de placer. Tras unos segundo recuperándonos salió de mi y se tumbó a un lado. Rodeó mi cintura con su brazo y metió la cabeza en mi cuello.

-Como siempre, te doy un diez- sentí su sonrisa contra mi piel.

-Yo te daría un veinte pero como me has hecho sufrir te doy un...menos dos- reí y le di un beso en la frente- No sabes lo mal que lo he pasado. Moría por tocarte. Creo que vamos a tener que quitar esa regla.

-Con lo divertida que es..- sonreí

-Eres mal- dijo haciendo un puchero

-Puede que lo sea pero todos sabemos que te encanta- besó mi mejilla

-Pues si, es muy sexy.

-¿Ves? Si es que siempre tengo razón- alzó una ceja

-Te respondería pero me da miedo que te vengues- dijo divertido.

-¿Te da miedo una chica?- el negó

-No me da miedo una chica. Me da miedo MI chica. Creo que has aprendido demasiado de mi- puse mis brazos en su espalda y lo abracé. Adoraba estar con mi chico

-He aprendido a disfrutar y a amar- dije en un susurro

-Te quiero morena

-Te quiero rubio- dije antes de quedarme dormida en su pecho.

¿Listo señor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora