Capítulo 5

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Narra Álvaro

Bajé las escaleras con los puños cerrados en un intento de controlar mis impulsos. Mi madre me había interrumpido justo cuando me dignaba a castigar a mi chica. ¿Por qué siempre tenía que fastidiarme? Desde que tenía memoria recordaba los muchos chantajes que usaba para conseguir que yo hiciera lo que ella quería: sacar al perro, tirar la basura, darle un masaje, etc. Lo odiaba. Aun así nuestras relación no era mala, solía acudir a ella con mis problemas, al igual que lo hacía con Anabella. 

Tomé la mano de mi chica al entrar en el salón y vi como ese imbécil sonreía con malicia. Había millones de chicas, ¿por que tuvo que fijarse en la mía, en la chica a la que amo, en la que sería la madre de mis hijos? Esto no sería fácil pero al menos pasaría unos días de viaje con mi pequeña. 

-Hola chicos- dijo con esa maldita sonrisa. 

-Hola- saludó sonriendo la morena e impulsivamente la pegué a mí.

-¿Que coño quieres?- dije serio.

-¡Cariño!- me riñó mi chica.

-Vaya, que maleducado- rió- Tu madre me ha invitado y como no tenía planes he aceptado.

-¿Por qué no te vas a tu nueva habitación a pajearte? Todos ganaríamos con eso- bufé.

-Nah, creo que mejor me quedo.

-Solo para tocar los huevos.

-¿Eso te estaba haciendo? Ahora entiendo la tardanza- rió.

La mejillas de Anabella tenían un rojo intenso. Me acerqué a él y lo empujé. Nadie hablaba mal de mi chica y menos él.

-¡Callate la puta boca!- grité.

-Cariño por favor- susurró en mi espalda- No me gusta verte así.

Cerré los ojos y apreté los puños. No quería que llorara, me destrozaba verla mal y el tono de su voz me hizo saber que en unos instantes lo haría. Me giré lentamente y la rodeé con mis brazos.

-Lo siento- susurré- No llores por favor- dije mientras miraba esos ojitos color miel que me volvían loco.

-S-Sé que no quieres que esté aquí pero...¿Por qué no aguantamos un poco? En unas horas él se irá y yo me quedaré aquí, contigo- susurró con las manos en mi pecho. Suspiré y asentí antes de besarla.

-¿Puede hacerme caso la parejita?- dijo llamando nuestra atención.- Bien, ¿vamos a cenar?

-Hay una pizzería nueva a la que me gustaría ir, ¿podemos?- dijo Anabella.

-Mientras pague él no me importa- dije encogiéndome de hombros.

-Esa era mi intención- bufó. 

-Entonces vamos- sonreí y le dí la mano a mi chica. 

********

El camino hacia la pizzería fue algo incomodo, al menos para mí. Anabella parecía haber olvidado todas mis palabras, hablaba con él alegremente. Jake quería ser pintor y se ofreció a enseñarle sus obras junto con pintarla. Ella aceptó encantada y yo no hice más que soltar un bufido. Agradecí que el establecimiento estuviera cerca de casa. Al entrar se adelantó y movió una silla para ofrecerle a mi chica asiento, haciendo que sus mejillas se tiñeran de rojo. Tras eso se sentó a su lado, dejándome a mi frente a ellos. Había bastante gente para ser nuevo, tal vez las pizzas estaban bien. 

-¿Que pizza vas a pedir Anabella?- preguntó Jake.

-Creo que la de barbacoa, es nuestra favorita- respondió mirándome con una de sus preciosas sonrisas.

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⏰ Última actualización: Nov 07, 2014 ⏰

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