El Pasado y Presente

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-Verás, soy un par de años menor que tú, somos hermanos biológicos y nos criamos juntos, desde que tengo memoria vivimos juntos- Kirin comenzó a relatar toda nuestra vida mientras desinfectaba y vendaba la herida que se encontraba en mi cráneo, a pesar del fuerte dolor era distraído por su relato, intentaba captar toda la información posible que me pudiera ayudar con otras cosas, además de saber quién es mi propia hermana.

-Una vez cuando tenía 6 años tú entraste al comedor todo lleno de harina y mantequilla porque intentaste preparar un pastel a escondidas para nuestros padres y para mi- Dijo entre risas, se le notaba bastante alegre nuevamente, al parecer su preocupación había desaparecido, o eso esperaba, ella continuaba contando cientos de cosas con detalle, debía tener muy buena memoria.

-Y hemos vivido en esta casa nosotros 4 durante todo este tiempo-  Kirin apretó sus nudillos, la alegría y velocidad con la que decía las palabras fue decreciendo. -Hasta que, hace dos años...- Su voz se quebraba y escuchaba como intentaba evitar llorar, volteé para verla de frente y a pesar de sus esfuerzos, ya tenía varias lágrimas cayendo por su rostro. -Ellos murieron...- No pudo más, empezó a llorar sin reprimirse, por suerte había terminado de vendar mi herida, así que extendí mis brazos para darle un abrazo.

-Tranquila Kirin, todo está bien- Le di unas pequeñas palmadas en la espalda durante el abrazo, no me agradaba verla así, a pesar de no recordarla en absoluto, en el fondo me dolía ver su sufrimiento, tal vez era por mis padres, tal vez realmente todo sea cierto, aunque no podía negar que tenía mis dudas.

Luego de unos 10 minutos, Kirin logró calmarse del todo, para ayudarla a sentirse mejor dije una pequeña mentira, realmente no iba a afectar en nada, mientras no lo descubriera, claro.

-Kirin, gracias. De verdad me ayudaste a recordar- Pude ver como a pesar de su tristeza una leve sonrisa se dibujó en su rostro, las cosas estaban saliendo bien.

-Que bueno que me recuerdes, Shai- Kirin se limpió las lágrimas del rostro y se levantó apoyándose de la cama que estaba junto a la colchoneta, me mantuve mirándola hasta que esta se acercó a la puerta de la habitación y se volteó. -Por un momento pensé que esta vez de verdad me quedaría sola- Esbozó una dulce sonrisa a pesar de haber dicho algo tan deprimente, la ida de nuestros padres debió haberle afectado mucho en su momento, como a cualquier niño.

Terminó de salir del cuarto, dejandome solo en la habitación, supuse que era la mía. Me puse de pie y luego de darle una revisión más con la mirada al aparentemente simple cuarto, me acerqué a la pared y con delicadeza la toqué justo donde Kirin minutos atrás lo había hecho.

Se abrió nuevamente.

Miré bien lo que contenía.

-Algo de ropa, zapatos aquí abajo y arriba unas toallas- La ropa parecía ser de mi talla, comprobé que la habitación era mía, devolví el botiquín al lugar del guardarropa de donde lo había sacado mi hermana.

Me alejé un poco y se cerró.

-Me pregunto si...- Volteé a otra parte de la pared que parecía estar fuera del área del guardarropa, caminé hacia esta y levantando mi mano hice contacto con mi dedo índice. Se abrió esa área dejando ver una pantalla de televisión, era una pantalla plana, bastante plana, de hecho.

-Todo este lugar se ve muy sencillo y a la vez es sorprendente- Aunque en el fondo sentía como el miedo de tener que lidiar con todo esto me carcomía, no podía evitar sentirme emocionado, era como si estuviera en el futuro, nada de lo que había visto desde que entré a la propiedad era normal para mis ojos. Aún cuando aparentaba ser bastante antigua desde fuera.

Habían bastantes lugares libres en las paredes debido a la simplicidad de la habitación, empecé a tocar todos, del lado izquierdo estaban el guardarropa, la televisión <<Diría que es de unas 26 pulgadas>> y una pequeña nevera.<<Esta nevera podría ser muy útil>> Del lado derecho estaba un espejo y un escritorio con una computadora.

Me quedé admirando la computadora unos segundos. -¿Cómo algo tan grande puede estar entre la pared?- Había una especie de cuaderno sobre el escritorio de la computadora. Vi que este tenía mi nombre así que me acerqué a lo tomarlo.

-Esto son clases del último año de secundaria- Continué pasando las hojas que contenía el cuaderno, algunas tenían pequeñas notas y bocetos, parecía aburrirme mucho en clases. -Y esta fecha, 03 de Febrero del 2034 -Es la última- La computadora se encontraba encendida, revisé el calendario y marcaba 04 de febrero, Sábado. -Fue ayer- Vi la hora, leí las 3:45 am.

-Es muy tarde, ni siquiera sé a que hora recuperé la consciencia, debería dormir- Por otro lado, ni la más mínima pizca de sueño estaba en mi, volví al guardarropa y buscando detrás de la ropa encontré un bolso. Para mi fortuna mis instintos habían dado en el clavo, al abrirlo encontré otros cuadernos con el resto de las clases. Los dejé caer todos sobre la cama y me senté a leerlos. Entre las notas y los dibujos averigüé el nombre del instituto donde estudiaba y la clase gracias a la información que rellené al reverso de la portada, donde había una pequeña lista para colocar nombre, grado, sección y materia.

Mis ojos empezaron a sentirse cada vez más cansados, con algunas notas clave que escribí en un papel gracias a que uno de los bolsillos contenía varios lápices, fui hacia la computadora e investigué nombre, lugar e instalaciones del instituto.

-5:42 am- Me mencioné a mi mismo, mis párpados se cerraban por si solos, me costaba cada vez más abrirlos de nuevo, era muy importante lo que hacía, pero la verdad era que si me mantenía más tiempo así, caería rendido ante los brazos de morfeo pronto, parpadee una vez más antes de apagar la pantalla de la computadora, sonreí ahí mismo, hacia una pantalla vacía, sin imagen. Conseguí usar un aparato que no conocía en lo absoluto, su interfaz era totalmente diferente a mis vagos recuerdos de una computadora. Por otra parte, me sorprendió la cantidad de información y explicaciones gráficas con las que contaba la página web del instituto. ¿Hasta hacer una visita virtual a un instituto sin prestigio? Todo lo que vi entre todas las páginas que visité para conseguir información me parecía diferente y sorprendente en cierto modo. Hasta las calles de Japón parecían ser algo completamente diferente, pero a la vez eran muy familiares.

Exhausto levanté mi cansado cuerpo y luego de tronar mi espalda, di unos pasos antes de dejarme caer en la cama y quedar profundamente dormido. -6:00 am. Aún me queda mucho por averiguar, pero será para cuando haya descansado- Fue lo último que dije.

Memorias PerdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora