Capítulo 2

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-¿sucede algo?

-ah qué? no nada nada.

-estas seguro

-si por su...oh no

-que pas...-pero no pude terminar de preguntar porque se escuchó un ruido no muy lejos de aquí

-corre –susurró

Fruncí el ceño. ¿Pero qué...?

-¡ya!...corre -dijo firme

No lo dudé ni un segundo, más cuando vi que detrás de él se alzaba una sombra.

Solté las bolsas y corrí sin parar hasta lo que parecía la entrada de un bosque, no se por cuánto tiempo estuve corriendo pero estaba empezando a oscurecer. Escuché un ruido detrás de mí y por poco salgo corriendo otra vez sino fuera porque escuché que me llamaba...

-¡Emilia espera!

-¡¿Qué era esa cosa?!-pare en seco y pensé...yo jamás le dije mi nombre...-y...y...¿cómo sabes mi nombre? ¡Si yo nunca te lo dije!

-¿Ah no? pero si...

-no intentes hacerte el desentendido, yo sé que no te dije mi nombre así que ni trates de que crea que estoy loca pues sé perfectamente que así fu!...ahora me puedes explicar que fue eso y porqué me pediste que corriera!?-dije, o mas bien grite, cada vez mas alterada.

-emm...bueno yo...

-¿si?

-es que no puedo decírtelo- ¿cómo que no podía decírmelo? me pide que corra y ahora no me quiere decir por qué -...al menos no aquí

Ah bueno eso es diferente...no sólo me pide que corra y luego me detiene gritando mi nombre, el cual estoy completamente segura que NO se lo dije, sino que ahora me dice que tenemos que ir a quien sabe dónde para que me pueda decir el porqué de todo esto.

- bien y entonces dónde -me estaba empezando a impacientar.

Se quedó pensando por unos cuantos segundos, pero yo ya no quería esperar.

-sabes que, porque no mejor vamos a mi departamento y ahí me lo cuentas todo, quieres –

-bien-dijo serio.

En verdad no quería sonar grosera pero ya quería llegar a mi casa, era prácticamente de noche.

-bien, entonces...sígueme mi casa no queda tan lejos...-claro antes no quedaba tan lejos, pero ahora...realmente no sabía cuán lejos se encontraban del lugar en donde estaba antes de huir de lo que sea que haya sido eso.

-está bien y...aquí tienes...-me entregó las compras.

-gracias...-lo mire un poco turbada. Vaya...todo había sido tan rápido que había olvidado la comida...

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Llegamos a mi departamento y al abrirse las puertas del ascensor recordé que la sala estaba toda desordenada. Me detuve.

-podrías esperar afuera, no esperaba visitas así que...

-tranquila esperaré-sonreí. Aunque no lo conozca podría decir que (a pesar de haberme hecho correr y que ahora tengamos que entrar a mi departamento para que me lo pueda explicar) es muy amable y caballeroso.

Entré y empecé a recoger lo más rápido que podía, mis lápices, mis papeles llenos de notas y mis cuadernos que estaban regados por todo el piso. Bote la basura, guarde lo que sobraba de pizza en el refrigerador. Cuando todo parecía más o menos decente abrí la puerta y lo deje pasar.

-bien,...-suspiré-...ya puedes pasar.

-gracias...me gusta tu departamento-dijo. No si lo hubieras visto antes, pensé.

-gracias, puedes sentarte si quieres-dije mientras cerraba la puerta.

-no así está bien.

A lo que volteé vi que se había quedado en la misma posición de cuando entró. Parecía que estaba como inspeccionando el lugar, cualquiera diría que estaba tratando de asegurarse de algo...

-oye y...ahora me dirás?

-ah? Oh si claro, emmm...pues veras...este yo...es que...

-es que...? –dije alzando una ceja. Porque no simplemente me lo dice, pensé.

Se me quedo mirando por un momento en el que pensé que ya no diría más nada pero en cambio sonrió.

-emmm...escucha si no me vas a decir está bien... -me estaba empezando a poner nerviosa esa sonrisa que tenia se hacía cada vez más grande y macabra.

empezó a reírse. 

Para este momento ya estaba caminando a la puerta, si él no se iba era capaz de irme yo 

-se...será me...mejor que te vayas-dije abriendo la puerta.

-oh eso no será necesario-dijo cerrando la puerta de golpe casi llevándose mi mano en el camino.

-¡Oye! ¿¡Qué crees haces!?

-¿yo? Nada es solo que todavía no me quiero ir...-dijo con voz ronca a la vez que se acercaba más con esa sonrisa que al parecer no quería apartarse de su rostro.

Cada paso que él daba era uno que retrocedía.

-¿es que aún no te has dado cuenta?-dijo en tono burlón.

-de qué estás hablando-susurre confundida y aterrada, y es que ya casi no me quedaba espacio, me tenía acorralada.

-pero que tonta-dijo soltando una risa que medio escalofríos mientras una sombra envolvía por completo su rostro para luego dejar ver esa sonrisa psicópata en una cara completamente diferente llena de magulladuras y cicatrices.

-que...?


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