× Capítulo 1 ×

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× Narra Jos ×

La miré con una sonrisa en el rostro, su terapia había terminado, camine hacia ella y la salude, pude notar en sus facciones como se tensaba, pero sin embargo, trato de ocultarlo con una sonrisa.

____:— Hola, Jos. ¿Qué se te ofrece?.

Jos:— Sólo quería saber como iban las terapias —hable con sinceridad.

Recorría con mi mirada su rostro, jamás me cansaré de decir que ella era hermosa; sus delgados labios cubiertos por labial rojo, me tentaban a querer besarla, y sus ojos, aquellos malditos ojos que me enamoraron desde el primer instante que subí a aquel autobús.

Abrió ligeramente la boca para poder estimular alguna palabra, fue interrumpida por el claxon de un automóvil color rojo; me percate de como en sus labios se formaba una sonrisa, de aquellas de las cuales yo solía ser dueño, un ojiazul bajó y camino hasta ella, vi como sus labios se movían haciendo sonrojar a la castaña.

Y yo solamente estaba ahí, siendo invisible ante aquel par de ojos que me hacían perder la cordura.
Se acerco a mí y movió sus labios pronunciando algunas palabras, no las escuchaba y mucho menos las entendía, tan solo el pensar que alguien más la hacía feliz ocasionaba a que perdiera la noción de mi alrededor. Se oye muy egoísta lo sé, también sé que ella no es mía, en realidad nunca lo fue, tan solo es un espíritu libre tratando de compartir esa energía y esa confianza con alguien más. Y estaba claro que en sus planes presentes y quizás futuros no estaba yo.

El auto desapareció, sería muy masoquista de mi parte seguirlos, pero así lo hice. Se aparcaron frente a casa Curiel, observe todos sus movimientos y me percate que él no es “caballeroso”, cosa que me confundió.

Isabel gustosamente abrió la puerta, dejando entrar a la pareja. Reí, me daba gracia creer que ella regresaría a mí.

Recibí un mensaje, tomé el celular entre mis manos, por un momento desvíe mi mirada hacia parte de la frase marcada en mi brazo, “Todas las personas estamos destinadas...”, pero se desenfoco al ver el nombre de la persona que aparecía en el inicio de mi pantalla, ahora sonreía con nostalgia.

“Por favor, deja de acosarme.
—  ____♡”

“No puedo expresar lo que siento en estos momentos.
Jos”.

“Pues sentirás dolor en tus huevos si no te largas en este momento.
— ____♡”.

“Yo también te quiero.
— Jos”.

Pude apreciar por el espejo retrovisor como su rostro ardía en furia, me limité a sonreír con satisfacción y poner en marcha el automóvil.

× Narra ____ ×

Admire por última vez aquella marca en mi brazo, “... A encontrarnos por una razón.” , él era blanco y yo era negro, por ello el que teníamos al inicio y final de aquella frase.
Baje la manga de mi suéter, nadie —a excepción de mi madre, Alan y Maryana— ha visto este tatuaje y no creo que sea muy conveniente mostrarlo ahora a la sociedad.

Baje por las escaleras dando pequeños saltos, hoy era un nuevo día y quería empezar de una manera positiva. Besé la mejilla de mi madre —como ya era de costumbre— y desaparecí por la puerta principal.

Mi Salvación (Tonalidades II) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora