Prólogo: El trato.

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Estaba a un paso de su mayor descubrimiento, pero Alya no podía evitar pensar que se estaba traicionando a sí misma mientras veía a Chloè Bourgeois llegar a su encuentro. Sin embargo, sabía que era la única opción que tenía si querìa descubrir quién era Ladybug.Alya había hecho de todo por saberlo. Había investigado exhaustivamente, llenando de contenido al Ladyblog hasta el punto de ser considerado la principal fuente de información sobre los superhéroes de París (Y lo tenía bien merecido); probó con el espionaje, buscando hasta la más mínima pista sobre la identidad de la heroína; había logrado incluso entrevistarla, para luego analizar cada palabra, buscando su "Eureka". La mayor pista fue el libro de historia, que apuntaba directamente a su propia clase. Pero, después de todos los intentos, estaba tan cerca de saber la identidad civil de Ladybug como lo estaba hace un año.Justo cuando iba a darse por vencida, se le ocurrió la mejor idea de todas, la definitiva. Sólo había un problema: necesitaría la ayuda de Chloè.

- Espero que valga la pena. - Dijo la rubia desdeñosamente. No podía revelar lo emocionada que estaba. "Sé cómo averiguar la identidad de LB y CN. Necesito tu ayuda. Nos vemos en el café frente al hotel de tu papá a las 14:00.", decía el mensaje que le envió Alya. Chloè estaba ilusionada con la posibilidad de conocer a su ídola detrás de la máscara, pero no confiaba en su compañera de clase. Después de todo, Alya la detestaba, y era un sentimiento mutuo. Podía tratarse de una broma de mal gusto, no iba a permitir que la viera vulnerable. Corroboró que su traje de Ladybug, el cual llevaba a todas partes, no estuviese a la vista y se sentó. -Sé breve, Alya. Mi tiempo es valioso.

Alya reprimió unos insultos, cómo detestaba necesitar a esa niña mimada. 

-Seamos profesionales, Chloè. Esto nos interesa a ambas. -Se sentó frente a la rubia y prosiguió a sacar su smartphone, alarmando a la rubia, que seguía recelosa.

- ¡¿Qué piensas hacer...?! -Estaba a punto de perder los estribos cuando Alya la interrumpió.

-Este vídeo no saldrá de mi teléfono a menos que sea necesario. Sólo me quiero asegurar de que no robarás mi idea. Es mi seguro. - Chloè tragó sus palabras y Alya prosiguió. - Las cámaras de seguridad de París. - La sorpresa de Chloè se notaba en sus ojos. <<¿Cómo a nadie se le ocurrió antes?>> - Ladybug y Chat Noir tienen que destransformarse en algún lado después de cada batalla, ¿no?. Solo tenemos que seguirlos por las cámaras hasta que eso suceda. Hay cámaras en cada esquina de la ciudad y...

-Y mi padre puede permitirme el acceso a los vídeos. -Finalizó Chloè. Alya asintió con la cabeza. <<Si la blogger está aceptando colaborar conmigo, debe estar muy segura de que tendrá éxito.>> Chloè reprimió el grito de emoción que le provocaba su fanatismo extremo, pero no pudo evitar que sus ojos brillaran y se le escapara una sonrisa. - Es una maravillosa idea, Alya. Tenemos un trato. - Alya se sintió muy sorprendida por la respuesta tan dulce, no parecían cosas de Chloè. Ésta última recuperó su compostura, retomando el tono desdeñoso tan típico de ella. - Pero exijo estar a tu lado revisando los vídeos. No permitiré que te enteres antes que yo. Después de todo, yo y sólo yo soy la mayor fan de Ladybug. - Extendió su mano hacia la morena.

- ¿Acaso eso es un reto? - Arqueó una ceja, pero aceptó la mano de Chloè. - Nos vemos aquí después de la siguiente batalla. Y recuerda, nadie excepto tu padre puede saber de esta conversación.Se levantaron, para marcharse por caminos contrarios. Controlando el impulso de provocar un akuma.

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