Capítulo 4.

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En el poema “Una barca bajo el cielo soleado”, Lewis Carroll rememora aquel preciso instante en el que toda la magia comenzó a suceder entre la niña de sonrisa amorosa y él: aquel mítico paseo de verano por el Támesis, en el que el mundo de Carroll empezó a girar obsesivamente en torno a Alicia.

Todos sus poemas repiten las palabras secreto, verano, hadas, soledad, y se convierten en una especie de nota a pie de página de Alicia en el País de las Maravillas, historia cuyo manuscrito Carroll regaló a su amada quizá con la esperanza de que ella pudiera entender qué significaban sus palabras.

Leído y releído hoy, el lector podría pensar que cada uno de sus capítulos esconde algún acertijo, alguna escena de cuyo hilo se puede tirar hasta desvelar un sentimiento que el autor quiso enterrar por miedo a que los adultos comprendieran de qué se trataba en realidad aquel artefacto literario.

La vida, ¿qué es sino un sueño?, se dice Carroll en final de otro de sus poemas, como si estuviera deseando que sus sueños se hicieran realidad, y que su vida cobrara sentido en el complejo mundo de ficción que había inventado para la pequeña Alice Liddell y para él.

Allí donde los gatos hablan, las orugas fuman y los conejos saben leer las manecillas del reloj, allí donde los bebés dan miedo, donde todos los días se celebran los no cumpleaños, donde las ostras son presumidas, donde las reinas pintan sus jardines con tinta roja, o sangre de súbditos decapitados.


En ese país donde todo es maravilloso, raro e inimaginable,¿cómo no iba a ser también posible una relación amorosa entre un adulto y una niña? ¿Cómo iba a estar mal visto su cariño, si en realidad sería lo menos extraño de entre lo siempre extraño?
Siempre nos quedará la duda, y es que quizá es precisamente eso lo que Carroll persiguió con su peculiar manera de entender la vida y con su más aún increíble manera de representarla.

Para él la locura no existía, y la imaginación era más grande que todo el cielo y que toda la galaxia: por eso se pasó la vida construyendo mundos en los que su humanidad no fuera un pecado, y cerrándolos con llaves doradas, para que sólo los más atrevidos pudieran animarse a empuñarlas.

La oscura historia detrás del hombre que dio vida a Alicia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora