Desenlace

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Tu siempre metiéndote en problemas, Mu...

El hindú rasgó su túnica ocre con rapidez mientras el tibetano sostenía su muñeca con fuerza para intentar detener su sangrado. Shaka tomó el pedazo de tela y comenzó a envolverlo alrededor de la herida, su cara de enojo era evidente y su tono bastante severo para un niño de 7 años.

-Shion te dijo claramente que no intentaras reparar armaduras por tu cuenta...esto es lo que obtienes por terco...

-Para ya Shaka, de nada sirve que me estés sermoneaaaaa...!-el ojiverde no pudo terminar su oración, pues el rubio a propósito le apretó el vendaje con fuerza.

-Y esto no es ni la mitad de lo que el patriarca seguramente piensa hacerte...-el oji azul suspiró audiblemente antes de continuar hablando-Mu, partiré a la India en una semana...-Shaka mantenía los ojos cerrados, pero alzó el rostro para encontrarse con los del muviano, quien a pesar de ello podía detectar en sus facciones la preocupación de su amigo- Prométeme que vas a cuidarte, mientras yo no puedo hacerlo...-le dijo con timidez y cabe recalcar, un enorme esfuerzo.

El peli lila lo miró contrariado por unos instantes, esas eran palabras demasiado cálidas para el frío e indiferente Shaka, quien se le figuraba más un hermano mayor que un amigo, aun que en teoría el mayor era él.

-Te lo prometo, querido Shaka-le dijo con una amplia y dulce sonrisa, la cual fue devuelta con una mas sutil.

Y ese era precisamente el sentir del hindú desde que forjaron una amistad., todo empezó cuando Mu supo que Shaka era budista como él, de ahí le insistió al rubio por días enteros intercambiar pensamientos y leer juntos, actividad que regularmente hacia con Saga pero este, además de que no lo comprendía, ahora tenía demasiados deberes en el santuario, por lo que lo había dejado un tanto solo.

Shaka al principio se mostró reacio, pero fue tanta la insistencia del peli lila que aceptó, encontrando después su compañía tolerable y mucho más tiempo después, necesaria.

Y así ambos niños forjaron un lazo al cual ellos claramente no describirían como amistad, iba más allá, sin quererlo habían encontrado en ellos una complicidad propia de los hermanos.

Y por ello cuando Shaka volvió de la India y su hermano no estaba para recibirlo, sintió que se le había arrebatado un trozo de su carne.

...O...

... ¿Estás dispuesto a abrir tu mente, escucharme y quizá...unirte a mi misión?

Saga apretó fuertemente los ojos ante el amargo recuerdo, aun que se felicitó a sí mismo en su mente por la actuación, pero inmediatamente después lo invadió la culpa, se sintió una basura...mintiéndole de esa manera a aquella carita que decía amar.

Se detuvo un par de segundos, aun con los ojos cerrados, para sentir como el suave soplar del viento helado rozaba su piel, sus cabellos azules se movían a todas direcciones y trato de concentrarse en aquello, para mitigar así un poco a su mente intranquila.

Ya no había marcha atrás, lo hecho hecho estaba, y él, poseído y cegado por el egoísmo mezclado con sus fuertes sentimientos, iba a mantener aquello que le provocaba un placer insospechado a toda costa.

Aun que eso significara agregar una más a todas sus mentiras...

-...Estaría dispuesto a hacer lo que sea, con tal de permanecer a tu lado, Mu.

Al muviano esta declaración en cualquier día normal se le haría fantasiosa, pero su juicio estaba nublado por el amor que tenia hacia el géminis y ahora todas sus palabras le parecían verdaderas.

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