Segunda Mirada

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Gritaba sin parar... Seguían riendo... Cada vez perdía más la conciencia... Siento como la sangre está recorriendo todo mi cuerpo, sentía que iba a morir humillada, agonizando, solo recuerdo a la ambulancia llegar, por suerte me pudieron curar las heridas pero al final no me llevaron con ellos, solamente preguntaron que quien se haría cargo de mi de llevarme al hospital. Nadie respondía... Solo vi como alguien levanto la mano, era el, Alfredo, por fin había actuado, había tenido compasión. Me cargaron a su coche y así me quede dormida con su voz calmante prometiéndome que todo saldría bien.
Desperté y estaba en un colchón si poderme mover por mis dedos rotos hay es cuando lo vi sentado enfrente en ese sillón de piel, y ahí fue cuando soltó una pequeña carcajada, yo mirando sus ojos y al mismo tiempo gritando por ayuda. No funcionó, no sabía dónde estaba, no tenía mi teléfono, no podía usar correctamente mis extremidades, estaba sola...
Decidió acercarse y susurrarme al oído que no iba a estar bien nada de lo que pasaría de hecho que iba a sufrir como nunca lo había hecho, lloraba mientras que el me besaba, me gritaba, sentía como todo el cielo caía sobre mi. Para que vivir, para que soñar si al final de cuentas termina todo mal.
Me cargo y así me subió a su cuarto, me tiro en la cama bruscamente lastimándome más de lo que ya estaba. Comenzó a desvestirme poco a poco mientras que se reía, decía que yo era bella así que le pertenecía. Vi como sus ojos recorrían mi cuerpo, como disfrutaban mi sufrimiento, decidí cerrar los ojos , quedarme callada y rezar que todo saliera bien pero en ese momento me pego y así siguió hasta que se me abrieron algunas heridas de nuevo, y solo reía sin cesar. Sentí como me extraían de mi mundo, sentí como dejaba todos mis principio mientras gritaba de dolor, nada podía salir peor.  Pense que se había acabado pero eso es lo que yo creí... Se acercó y me pego en la nuca así que me desmayé, solo recuerdo haber despertado en un armario mientras que oía a unos señores hablar con Alfredo, así que decidí actuar... Grite y grite pero nadie contestaba, golpeaba el armario sin cesar hasta que oí unos pasos enfrente de las puertas, oí como rechinaron las manijas. Estaba asustada más que nunca, adolorida, pero esto no había acabado... Era Alfredo hablándome con cariño, diciéndome que todo volvería a la normalidad si solamente lo complacía, no supe que contestar... Así que me golpeó de nuevo hasta que gritara que si un millar de veces mientras él se podía reír. Me dejo dormir en el sótano, donde nadie me podría oír, así que perdí las esperanzas muy rápido de poder salir. Solo recuerdo como caí contra el colchón llorando, era una niña de 16 años, como no lo haría.
Era el día siguiente, pensé que esa noche nunca acabaría, al voltear a la puerta vi como Alfredo me observaba con esos ojos que me causaban terror, eran muy profundos pero en ese momento sabía que solamente acababa de empezar mi triste realidad...

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