"El verdadero amor comienza, cuando acaba el interés que lo inició"
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-Es imposible enamorarse de nuevo -Se decía a sí mismo -, es imposible. No ahora. No de ti.
«Lo mío por ti es real»
« ¿Lo sientes? Mi corazón late así porque tú estás en él»
«Maldito imbécil, engreído y prepotente, no soy tu juguete»
«Aquí acabó todo»
Sus pensamientos son un remolino de dudas, explosiones de recuerdos, frases inconclusas, momentos agradables, malos, tormentosos, intensos... -. La voz aguda de un joven lo saca del trance
-Fernando, dame las llaves del auto
- ¿Cuántas veces debo decirte que me llames papá?
-Sí, lo que sea. Necesito salir. Solo. Por favor no me digas que vaya con el chofer. Quiero conducir solo
-No saldrás a ningún lado -Respondió con firmeza -. Ahora ve a estudiar, es una orden.
El adolescente furioso se retira de la habitación balbuceando groserías, cosa que él no entendía bien. Había educado a sus hijos, en las mejores escuelas ¿Por qué es que los jóvenes suelen ser tan groseros?
Se para en frente del gran espejo al lado de su cama y se detalla el cuerpo. Aún le parece extraña la ropa que lleva puesta: Jean ajustado de color negro y franela casual. No se acostumbra a usar ese tipo de vestuario.
Sin embargo, tampoco quiere quitársela, le recuerda a ella.
Suspira y se sienta en la cama.
- ¿Qué voy a hacer contigo, Leticia? -Susurró a la nada...
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