El poder de un Fénix

I. El Encuentro

Una doble mente, una doble cara, tan peligroso en un humano sencillo como en la magia. Solo una bruja realmente poderosa logra mantener bajo control cada partícula de su cuerpo, mente y alma, sin embargo, esta clase de hechiceras o magos son poco comunes, no surge tan seguido tal energía en un clan y mucho menos si este es pequeño. Normalmente los bebés que nacen con este don tan sorprendente están destinados a una vida de miseria y perdición, es por eso que son desterrados no solo de la aldea, sino también del reino entero en caso de ser necesario.

Llevábamos años sin que nuestra aldea percibiera una noche así, una en donde los astros se alinean y por solo un momento la magia de todo el reino desaparece para dar lugar a una criatura diferente. Todos lo veían como una señal de mal presagio, como un accidente del destino, pues anunciaba el nacimiento de un nuevo poder, o bien, un nuevo poderío. ¿Cómo estar seguros del camino que tomaría este ser? Nadie lo sabía, es por eso que el temor se infundía en la mente de los aldeanos provocando que estos se alejaran de la desdichada familia que topaba con tal suerte.

Mi nombre es Arthur y vengo de Enof, una aldea un poco pequeña y olvidada pero con una gran historia. Justo en este momento, cuando ya no me queda mucho, es cuando logro recordar todo, cada uno de los detalles que me hicieron estar aquí. Fue ella, ella tuvo que haberme hechizado de alguna manera pues solo un torpe da la vida por una bruja o al menos eso es lo que mi padre solía decirme. En mi opinión, nunca, por ningún motivo, debes verlas a los ojos o sino estarás perdido en su mundo, pero por qué no contar desde el inicio cómo fue que yo caí en la trampa

Los humanos no somos tan insignificantes como todos creen. Algunos tenemos habilidades increíbles y mi familia es muy especial, yo, por ejemplo, soy capaz de recordar hechos de mi vida desde los 2 años. Soy capaz de recordar el terror que infundió el Mago Negro sobre los caminos del reino. Su nombre real es Rushkin, con solo un movimiento en su mano, puede controlar el agua o el viento, puede entrar a tu cabeza y escuchar hasta el más oscuro de tus pensamientos y lo peor de todo, con sus poderosos conjuros y hechizos mata a todos los que se le atraviesen en su camino. Él, el Mago de la Montaña, nació hace tal vez unos cien años y el muy infeliz aún posee una juventud inexplicable. Solía ser de mi aldea pero fue expulsado cuando era un niño por haber matado con su magia a varias familias de la aldea, su maldad iba en aumento. Según dicen las leyendas, la noche en que nació, los astros se alinearon y un eclipse se reflejó en el cielo. Pensábamos que la historia no se iba a repetir pero todos nos equivocamos.

Tenía seis años cuando la maldición cayó sobre la aldea y esta vez la culpable era una niña. Todos corrían asustados en busca del bebé que estaba por nacer, no podían creer que nuevamente la magia se pusiera en contra de nosotros, los humanos, "los débiles". La gente gritaba desesperada, encendían antorchas y empuñaban cuchillos y espadas, el bebé tenía que morir a toda costa. Por orden de mi padre, corrí sin descanso, crucé el puente de la plaza central, busqué en cada rincón hasta escuchar un fuerte grito de dolor por la calle que llevaba hacia la casa del herrero. Su mujer estaba quejándose del dolor y a su al rededor el herrero y una joven partera la ayudaban. La madre de la niña murió tras dar a luz, pero puedo asegurar que ella sabía lo que había engendrado. Pude escuchar, a pesar del gran bullicio a mí alrededor, lo que esta mujer le dijo a su bebé. La tomó entre sus brazos ya cansados y la miró a los ojos

- Naciste para brillar, no dejes que el fuego de tu corazón se apague. recuerda que la magia verdadera e inquebrantable solo habitará en el interior de un ser puro. Vuela mi Fénix.

Fueron sus últimas palabras y la primera y última demostración de cariño que tuvo la pequeña porque después de esto, tanto el pueblo como su mismo padre y hermana le temieron, la odiaban y la menospreciaban sin importar lo dulce que ella pudiera ser. Nunca recibió el cuidado de un padre, él siempre estuvo ocupado trabajando; su hermana, celosa del poder de Fénix y sus hermosos ojos, luchaba contra cualquier argumento e idea que demostrara aprecio hacia su pequeña hermana. Cuando la joven bruja cumplió sus cinco años fue expulsada de la aldea, se le negó el derecho de una vida normal, no podía convivir con humanos nunca más, excepto con su tío, un hombre adicto al licor expulsado también por haber ocasionado un incendio que consumió la mitad de los bienes de la aldea. Él vivía en el bosque de Failure, un sitio poco visitado por las personas debido a la abundancia de bestias y animales salvajes que el lugar poseía. Es curioso que la idea del exilio de Fénix haya sido propuesta por su propio padre. Era injusto, ella ni siquiera mostraba señales de poder a esa edad, una situación extraña pues que se creía que a sus cuatro años iba a ser un peligro para la humanidad, así como lo había sido el Mago. Después de esto nadie volvió a saber nada de ella hasta doce años después, cuando la vi.