Capítulo 8

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Narra Jade

No sé cómo salió la frase "hay algo que debo decirte, algo que debí decirte desde un principio" de mi boca, sólo paso, así nada más, ya no había vuelta atrás, había llegado el momento en el que tenía que decirle la verdad.

Jadey no me asustes -dijo ella preocupada

Yo... -comencé a balbucear- Vas a odiarme... Sé que vas a odiarme cuando escuches lo que tengo para decir... nada va a ser lo mismo, no vas a mirarme de la misma manera en que lo haces ahora –esto se estaba poniendo difícil, estoy dándole mucha vuelta.

Jade tranquila –dijo esto dejando a un lado su pote de helado y comenzando a acariciar mi mejilla. Todo está bien, nada de lo que digas va a cambiar mi manera de verte.

Es que... Soy yo –dije sin más rodeo. Todo este tiempo fui yo.

Sí –dijo eso acompañado de una risa nerviosa. Vos sos vos y yo soy yo, así me lo imaginé todo el tiempo –dicho esto comenzó a reír.

No es eso Perrie, la que te envió esas cartas –pude notar un nudo en mi garganta. Soy la cobarde que no se animó a admitir lo que sentía desde un principio –dije bajando la mirada, no podía mirarla a los ojos.

Cuando pude levantar la vista vi su cara de desconcierto, se había quedado atónita ante mi confesión, lo que empeoraba la situación, que se quede callada, mirando a la nada misma sin decir palabra alguna, sin emitir sonido. Sólo se escuchaba el bullicio que había en la plaza.

Yo... n-no se –comenzó a tartamudear al igual que yo todo el tiempo. No sé cómo pudiste ocultármelo Jade, tuviste muchas oportunidades para decirlo y decidiste quedarte callada.

Lo sé, entiendo que estés enojada, entiendo todo completamente pero si me dejas explicarte las razones por la que no te dije la verdad –dije casi sin pausa, cuando fui interrumpida.

¿Qué vas a decir? ¿Cuáles fueron tus motivos? Qué sentías que te iba a humillar, qué yo no te correspondía o vas a inventar alguna nueva excusa, porque todas esas ya las leí –dijo con furia y lágrimas en sus ojos.

No pude decirle nada, sentí como si todas las palabras que existen en el mundo se hubieran borrado de mi boca. Sólo me limité a mirarla mientras ella lloraba desconcertada, ninguna de las dos dijo más nada durante minutos, ni tampoco alguna se levantó de ese banco en el que estábamos sentadas. Hasta que Pezz rompió el silencio.

¿No vas a decirme nada? –dijo secando sus lágrimas.

Quería decírtelo hace tiempo –comencé a hilar palabra por palabra. Estaba decidida a arriesgarme pero llegaste ese día diciendo que además de "la chica de las cartas" había alguien más y entré en pánico... no dijiste quien era la otra persona y no quise decirte la verdad y ser rechazada, nunca imaginé que yo era esa otra chica, jamás lo hubiera imaginado –dije también secando mis lágrimas.

¿Entonces? –dijo apenas termine de decir mi última palabra.

Entonces... es el fin creo, en realidad no sé si hay algo que terminar –dije esta vez mirándola fijamente a los ojos. Yo sólo quiero pedirte disculpas por no habértelo dicho desde un principio.

No. No hay nada que terminar –dijo muy fría.

El tono que uso para decir "no hay nada que terminar" dolió, mucho más de lo que debería, porque en realidad tenía razón, eso era lo más doloroso.

Narra Perrie

Llegué a mi casa lo más rápido que pude, empapada en lágrimas entré y ahí estaba mi mamá sentada en el sillón tomando su té habitual de la tarde.

PD: Te Amo [Jerrie Thirlwards]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora