Capítulo II.

491 63 66
                                    


Take my hand let's see where we wake up tomorrow.
Best laid plans sometimes are just a one night stand.


Estaba en shock.

La canción que sonaba alegre y pomposa desde el supermercado, se transformó en una horrorosa música de fondo digna de un filme de Stanley Kubrick. Recuerdo todo tan bien que aún puedo seguir sintiendo los cabellos de Tae pegarse al sudor helado que emanaba mi cuello. Me costó mucho poner los pies en la tierra para reaccionar y pedir ayuda, y para cuando fui capaz de hacerlo, mis compañeros ya habían llegado a auxiliarme. Les dije algo como "ayúdenos, por favor ayúdenos"...

Los tres nos pusimos deacuerdo para ir a auxiliarlo en su casa, gracias a Dios que Kook era un viejo amigo y ya sabía dónde vivía TaeHyung. Le dejé recargado en mi hombro, y le abracé con fuerza para guardar el calor en su cuerpo, nadie dijo nada durante todo el camino, y me pregunté seriamente qué habríamos hecho si Kook no supiera la dirección exacta de Tae.

Después de irnos, según supe por sus papás, esto de los desmayos pasaba bastante seguido últimamente, todo por una anemia que muy recientemente le habían detectado. Les pregunté si Tae estaba comiendo bien y ellos dijeron que "algo así". Quise preguntar a qué se referían con eso, pero preferí no hacerlo y les dejé en paz, dejamos a Tae recostado en el sofá de la sala y nos retiramos de ahí, rechazando un ofrecimiento de quedarnos a comer con ellos.

Tae no fue a clases el resto de la semana. La banca frente a mí quedó desocupada esos cuatro días, y en la clase de laboratorios preferí quedarme sin pareja con esperanzas de que, cuando Tae volviera, él y yo pudiéramos trabajar juntos, pero él seguía sin venir y el sabor amargo de mi boca no se iba con nada.

¿Recuerdan cuando dije que por cuatro días no pude dejar de pensar en su sonrisa? Pues fue así, cada noche me iba a dormir y no podía. Me removía entre las frías sábanas en un intento por encontrar la comodidad de los tibios edredones que cubrían mi cama, pero no era igual, simplemente se sentía como estar en uno de esos hoteles que tienen sábanas de falso satín. El incentivo a mi insomnio era el rostro de Tae, que ya era un recuerdo borroso en mi memoria, pero las facciones que alcancé a registrar me fueron suficientes para tenerme muy mal. De nuevo –y aclaro– no fue envidia lo que sentía, fue otro sentimiento, uno de reconocimiento o... O... O...

Aún así, con mis insomnios y preocupaciones, no falté ningún día a la facultad, y ya para el viernes me había acostumbrado a ese extraño vacío que sentía en el estómago. El sábado había reunión con los alumnos de nuevo ingreso de todas las facultades, era una especie de bienvenida con picnic incluido. Hacía calor en esa época, así que nos permitieron usar las piscinas del club de natación, también todas las canchas del campus; y todos mis compañeros fueron. Incluido Tae.

–¿Por qué no habías venido? –le pregunté sin aliento cuando corrí hasta él apenas le vi entrar a la facultad.

–La primera semana no vale nada en nuestra calificación, no le veía el sentido a venir. –me respondió, sonriente, emprendiendo una caminata al patio principal. Iba vestido con unas bermudas oscuras y una camiseta adornada con pequeños aliens por todos lados. –¿Cómo ha ido todo? ¿Han hecho algo interesante mientras yo no estaba?

–No realmente. –dije con sinceridad, caminando a su par. –La verdad es que no pasó mucho, pero... ¡Oh! Bueno, en los laboratorios ya armaron las parejas de trabajo, yo trabajé solo toda la semana para esperarte. –agregué, bajando la voz con cada palabra que decía. –Digo, si quieres... En caso de negarte puedes trabajar solo también.

–Sí quiero ser tu compañero, Jin. –susurró.

Le observé.

No se veía distinto, pero sí se comportaba diferente al Tae del primer día. Se había convertido en un chico de pocas palabras.

Lost Stars. || TaeJin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora