Capitulo 3

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*Narra Elizabeth*

—Veo que te llevas bien con Abraham— dijo Liam mientras me acompaña de regreso a mi casa.

Me acompaña desde hace un mes al enterarse que me vengo caminando, se preocupó mucho, diciéndome que una mujer tan bonita como yo no podía estar sola y que me iba acompañar diario, y así siguió regañándome por irme sola en la noche, pero ¿cómo podía prestarle atención cuando me había dicho bonita? Todo mi mundo vagaba en esa frase, en solo esa frase.

— Sí, algo—contesté.

— Elizabeth, como mi mejor amiga y casi una hermana.

Hermana. Eso dolió.

— Y una persona tan importante para mí — prosiguió — no te acerques tanto a Abraham, soy hombre y soy su mejor amigo y se cómo te mira— me dijo serio.

— ¿A qué te refieres? — pregunté desconcertada.

— Solo te digo que tengas cuidado, él tiene la fama de mujeriego de élite, y sé que quiere algo contigo y no quiero que te lastime, he visto como ilusiona a las mujeres y después de "aburrirse" de ellas, las deja, pero de la peor forma que puedas imaginar, las humilla y no quiero que eso te pase.

— Si hace todo eso, ¿por qué es tu amigo? ¿Y por qué lo permites? — pregunté algo triste al saber qué clase de persona es, ya que llevaba 5 meses hablando con el y se había portado muy bien conmigo, aunque a veces me sentía incómoda ya que podía observar su mirada siguiéndome a todas partes.

— Porque me ha apoyado y ayudado en varios problemas por los que he pasado.

Su semblante cambió, sé que se refiere a la muerte de sus padres, qué pasó hace dos años.

— Pero ese no es el punto, solo quiero que te cuides— dijo con una sonrisa.

— Está bien, lo haré— le contesté con la misma sonrisa.

Ya en la entrada de mi casa. — Antes de irme, te quería preguntar si mañana quisieras ir conmigo al parque, hay algo importante que te quiero decir.

— Sí, ¡me encantaría!— dije emocionada.

— ¿En serio? Genial, mañana nos vemos, te envió un mensaje para decirte la hora— dijo alejándose de la puerta.

Todavía no me acostumbraba a estar sola, siempre estuve acompaña de mis padres y mi hermana menor, pero yo decidí mudarme y no me puedo quejar, ya que soy feliz aquí, he conseguido muy buenos amigos a pesar del poco tiempo que llevo, pero no es momento para pensar en eso, lo importante es que mañana saldré con Liam. ¡Con Liam! Estuve esperando tanto por esto, estoy tan feliz, nunca me había invitado a salir, y me pregunto qué será lo importante que quiere decirme, normalmente en las películas cuando dicen eso es para pedirle que sea su novia, pero esta es la vida real y esa fantasía jamás pasará ya que soy como una hermana para él. Creo que ese sería el único obstáculo que tengo, el hecho de que me considere su hermana es peor, habría preferido que me dijera que me considera solo su amiga, al menos ahí tendría un poco más de posibilidades de lograr algo con él.

Deje de pensar en eso y me dispuse a dormir, y soñar con mi amado rubio.

Era sábado por la mañana, mientras me bañaba no dejaba de preguntarme qué es lo importante que quiere decirme, estoy tan asustada de que sea algo malo. Salí de mis pensamientos cuando el agua se estaba poniendo fría, ¿cuánto tiempo estuve pensado en lo de hoy? Me salí y me puse una toalla.

Cuando entre al cuarto, me fui directo al ropero, necesitaba elegir bien lo que me pondría quería verme bonita para hoy, aunque no sea una cita debo estar presentable y más para el chico que me gusta, así que decidí ponerme una blusa negra de tirantes que me llega a la cintura, con un pantalón de mezclilla oscuro y unos tacones negros bajos, me puse un labial rosa fuerte y el pelo suelto. No era demasiado descubierto, ni demasiado cubierto, era perfecto y más para el tiempo que hace estos días.

Salí de mi casa y empecé a caminar al parque, cuando llegue, vi a Liam en uno de los asientos, tan puntual como siempre, las 4 en punto como el dijo, al no darse cuenta de mi presencia, me acerqué a el por atrás para asustarlo.

— ¡Bu! — se sobresaltó mientras me reía.

— ¡Elizabeth! Me asústate — me dijo mientras se levantaba y caminaba hacia mí, me saludo de mejilla aunque sus labios quedaron muy cerca de los míos, a diferencia de Abraham, no me molesto. Pues claro que no me iba a molestar.

— ¿Qué te parece si vamos a comer algo? Conozco un lugar donde sirven comida deliciosa, yo invito — me dijo mientras me señalaba el camino

— Sí, muchas gracias — nuestra platica fue muy tranquila, hasta que llegamos al dichoso lugar, optamos por elegir un lugar afuera, ya que prefería ver lo hermoso que era el parque, que estar adentro y solo ver paredes.

Después de pedir nuestras órdenes, empezamos hablar.

— ¿Y qué es lo importante que quieres decirme?— pregunté, quería saberlo ahora, la desesperación me comía por dentro.

— Tan directa como siempre Liz — me dijo con un poco de burla, a lo que claro yo no encontraba gracioso.

— No te rías — dije con un puchero.

— No te enojes, solo me alegro de seguir viendo a la misma Lizi que quería las cosas rápido, pero bueno como te conozco te voy a decir... bueno es que la verdad no sé cómo decirlo.

¡No te pongas nerviosa! Habló una voz en mi mente.

— Te quería preguntar, si... — frotó sus manos en los jeans. — Si tú... quisieras ser mi novia.

Hace unos momentos dijo que te quería como hermana y ahora quiere que seas su novia. ¡Vamos dile algo!

Ángel negro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora