El dúo

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Lilith se adelanta y ríe.

-Así que soy famosa, ¿eh?

-No por nada bueno.

-Te recuerdo, chico ángel, y recuerdo a la pelirroja, ¿donde está ella ahora?- mira a Jace inocente haciendo puchero- ¿Se perdió?

Jace se lanzó contra ella, pero antes de impactar, se vio lanzado hacía atrás.

-Sigo peleando mejor que tu- sonríe socarronamente -. Lo del diurno, no se va a repetir. Aunque escuché decir que ya no es diurno, que ni siquiera es vampiro, en realidad.

Jace lo ignoró y saltó sobre ella. Lilith lo mandó a la otra punta de la sala con un movimiento de muñeca.

-Sigo siendo mejor que tu- dijo malvadamente.

Alec, enfurecido, sacó su arco y una flecha y le disparó a Lilith. La flecha zumbo en el aire certera, pero antes de impactar, desvió su dirección al propio Alec. Sus reflejos fueron rápidos, pero no lo suficientes. 

La flecha se clavó en su brazo.

Más furioso que antes, volvió a lanzar otra flecha, que se clavó en el centro del piso.

Todos miraron la fecha, incluso Lilith. Era evidente que ella no había sido.

-Un pequeño error. Suertebpara la próxima, cazador de sombras- Una voz aguda penetró en la habitación.

Sin saber de dónde, a Julian le resultaba familiar. Era parecida a la voz de Helen en el modo de acentuar las palabras, y tenía su acento.

-¿Quién eres?- preguntó Julian. Luego calló.

Recordó que en las películas el que preguntaba eso acababa muerto. Quizás mirara demasiadas películas mundanas.

-Creo que tu particularmente, entre todos los presentes deberías saber quién soh, Blackthorn.- Pronunció la última palabra con un tono especial, y Julian lo supo.

Todas las piezas encajaron, la nota, lo que le había dicho Emma.

-Tavvy tenía razón... Eres Annabel.

-¡Bingo! Soy Annabel, como dijiste- sonrió burlonamente-, y por lo que acabo de ver, no se necesitan explicaciones sobre ella- su sonrisa se amplió más.

Las caras de enfado de Alec y Simon pasaron a ser de puro odio.

Julian también la odiaba, La Dama de Edom, creadora de los brujos, Madre de los Demonios, la que había unido a Jace con 'Sebastian', y lo más importante para Julian, la que donó si sangre para la creación de los Oscurecidos, entre ellos su padre, a quien había tenido que matar.

En ese momento, Lilith soltó un gritó desgarrador, y se escucharon dos zumbidos de flechas.

Julian bajó la vista y vió a Lilith tirada, con un cuchillo serafín clavado y dos flechas en el abdomen.

Adelante suyo estaban Simon y Alec, y detrás Jace.

Lilith desapareció dejando detrás de sí sangre negra. Annabel sonrió falsamente.

Se escucha una voz, una voz que Julian habría reconcocidl en cualquier parte, la voz de su parabatai, Emma:

-¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaahhhhh!!!!!

Julian se guió por el instinto y corrió hacia la derecha, tras correr mucho, llegó a tres celdas: en una de ellas estaba Clary, en otra Isabelle, y en la última Emma.

Lilith, completamente sana, estaba detrás de ella, acompañada de un ejército de mujeres y hombres que parecían formar parte de su culto: Jace le había contado, que Lilith les daba un poco de sus sangre a mujeres embarazadas, que tenían más fuerza y agilidad, pero su bebé nacía deforme y muerto.

El culto de la Iglesia de Talto había vuelto.



Jace corría por detrás de Julian. Al pasar por las celdas, notó que el podía ver dentro de ellas, pero que Clary e Isabelle no.

Adelante de él Lilith luchaba junto con un grupo de personas que Jace reconoció como su culto de admiradores, ninguno estaba en muy buena forma, pero seguían luchando mejor que los mundis.

Eran alrededor de cien contra cuatro cazadores de sombras.

La sangre de cazador de sombras de Jace se activó y empezó a pelear guiado por el instinto. Llegó un momebto en el que quedaban alrededor de 20, el resto muerto. Nadie tenía heridas muy graves, lo peor era un corte en el abdomen de Julian.

Lilith estaba desesperada. La cara de Annabel transimitía desgana, como si no quisiera llegar a cierto punto para conseguir algo.

Lilith comenzó a desatar todo su poder, pero después de haber sido acuchillada anteriormente, su energía no es la misma.

-Lilith- llama Annabel-. Cuando quieras.

Suelta una pequeña risa y se acomoda en una silla surgida de la nada.

Hasta ese momento, ella solo había deambulado, y nadie la había detenido porque Lilith era el centro de la atención.

Lilith bufó, claramente en desacuerdo.

-No creo que sea momento...

-Si, lo es-interrumpió Annabel.

Lilith hizo un ruido similar a un silbido y gritó:

-“Mis” chicas, vengan.

Vencido por la curiosidad, Jace se inclinó hacia adelante, y casi se desmaya al ver a Emma, Isabelle y Clary.

“Mis” ¿Por qué mis?, se preguntó mentalmente Jace.

Cuando Clary levantó la cabeza lo supo; supo que algo andaba mal, muy mal.

La sonrisa en el rostro de Clary no era la habitual en ella: era malévola y fría, distante.

Y sus ojos, Jace perdió el control cuando vio sus ojos: ya no eran verdes, los hermosos ojos verdes que él tanto había vistl antes; eram de otro color, iguales a los de...

...Iguales a los de Sebastián, de un negro implacable. Los ojos de Isabelle y Emma eran iguales, y cada una llevava un arma; Isabelle su látigo,a a Cortana, y Clary tenía la espada Morgenstern.

-Clary...

Antes de poder reaccionar, Clary la clavó su espada a Jace en el pecho y este perdió el conocimiento.









Annabel BlackthornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora