La Chica del Cafe Negro

Choque

. El retrocedió en sorpresa por la colisión, una mano sosteniendo el brazo de ella mientras el otro sostenía su cuaderno.

"¡No, no, no!" ella exclamo liberándose del agarre de él, tratando de verse angustiada. El chico de inmediato empezó a disculparse, alejando su mano saco un pañuelo de un bolsillo y se lo paso.

"No te preocupes que no fue tu culpa." ella le aseguro al coger el pañuelo y empezó a limpiarse la blusa. Al terminar ella miro la hora en su reloj e inhalo fuertemente. "Ahora no me va a dar tiempo!" ella dijo frustrada pasando sus manos por su cabello furiosamente.

"Tiempo para qué?" el chico pregunto

"Para ir a mi casa para limpiarme y llegar a mi trabajo a tiempo!"

Él se le quedo mirando por un segundo y en ese minuto ella pensó que la habían descubierto. Su corazón se aceleró aún más y sus ojos se abrieron.

"Mi apartamento no está lejos de aquí. Te invito a venir para que te limpies, lo mínimo que puedo hacer es ayudarte." Él le dijo con ojos llenos de entusiasmo. Ella soltó un suspiro de alivio, pero después la ansiedad volvió y ella dudo. Rápidamente se negó pidiéndole mentalmente al chico que se fuera. Que, aunque no supiera ella lo estaba salvando de sí misma. Pero minutos pasaron y después de mucho insistir ella acepto y el la guio a su apartamento con una pequeña sonrisa triunfadora en su cara.

Con cada paso que tomaban ella era sumergida en aun más miedo, ansiedad e intranquilidad. Al subir las ultimas gradas de la escalera, el chico se volvió a disculpar mientras abrió la puerta blanca. Al abrirla él se movió a un lado dándole espacio para que ella entrara. El apartamento era mediano, decoraciones pequeñas en blanco y negro. Carpetas y papeles estaban sobre el comedor desordenado indicando claramente que él era un pensador.

"El baño está en la última puerta a la derecha." El joven le dijo señalando con su mano el corredor y con una sonrisa nerviosa ella entro. En el baño ella se vio en el espejo. Saco del bolsillo de atrás de su chaqueta dos guantes y se los puso, sintiendo como la velocidad de su corazón aumentaba. Apoyo sus manos en el lava manos y cerró los ojos, escuchando el sonido del aire acondicionado. Lentamente voltio su torso agarrando el cuchillo que tenía guardado debajo de su chaqueta. Sé quedo mirando el filo, pensando en alguna otra forma de encontrar una respuesta.