Prólogo:
―No puedes escapar del amor, Harry. Algún día te pillará desprevenido y ¡zas! Caerás rendido a sus pies. Es algo natural, ¿sabes? No te sirve de nada estar escondiéndote tras esa faceta de mujeriego sin compromisos.
―Tengo miedo, abuelo. Pero no de ese miedo como cuando me ponen una pistola en la cabeza, es algo mucho más aterrador. Creo que me he enamorado de la persona incorrecta. Prohibida, demasiado prohibida.
Pero tentativa, y completamente deliciosa.