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Fuimos hasta donde estaba Milton esperándonos en su auto y nos pusimos en dirección a su castillo lo más rápido que se pudo.

- ¿Quiénes eran esos hombres?

- Te dije que trabaje para la iglesia un tiempo –asentí- ellos son los que siguieron, están entrenados y no temen a los vampiros.

- Milton –me miro alzando las cejas- ¿tú sabias de esto?

- Gabriel me encontró justo cuando iba a divertirme con la chiquilla que lleve y me explico lo que iban a hacer. No pude negarme.

Mire a Gabriel que estaba tomándome de la mano.

- Iban a matarme ¿verdad?

- No saben de ti y de cómo eres. A sus ojos eras una vampira y sí que iban a intentar matarte, pero cuando te vi pelear me di cuenta que no hubieran podido.

Me dio un beso en la mano y se dirigió a Milton.

- ¿Qué tan seguro es tu castillo?

- Nada lo puede penetrar no te preocupes.

Eso era cierto una vez levantadas las puertas y cerrados los cerrojos nada podría entrar si no era bienvenido. Aparte que en el sótano podríamos escondernos sin que nadie lo notara al entrar a la casa, estaba muy bien construida.

- Me vieron salir contigo.

- ¿Nos van a perseguir?

- Es lo más probable.

- Bueno hasta aquí es el recorrido sobre ruedas. – Milton apago el motor del auto.

Nos bajamos y agudice el oído.

- Nos siguen –dije y Milton se concentró.

- Están lejos no podrán seguirnos si vamos por los árboles.

Los dos miramos a Gabriel.

- Vayan ustedes los alcanzare en cuanto pueda.

- ¿Te harán algo?

- No te preocupes por mí. Anda con Milton, adelántense.

Milton se me acerco para apresurarme.

- Me quedo contigo.

Luego de lo que me había dicho no quería dejarlo, podría ser que lo tomen por traidor por haberme ayudado.

- Alissa no es momento de heroísmo literario. -Milton me apresuró.

- Cariño, no vas a cargarme mientras saltes por los árboles. Los despistaré y me reuniré contigo en el castillo en cuanto pueda.

Le abracé y le di un beso rápido en los labios.

Seguí a Milton trepando un árbol y comenzamos a saltar rápido hasta que llegamos cerca al castillo y nos bajamos para seguir a pie.

Al entrar Roberto nos miró sorprendido por la traza que teníamos: el saco de Milton se había perdido, estaba sin zapatos y su pantalón rasgado; por mi parte mi hermoso vestido estaba hecho tiras en la parte de las piernas, mis zapatos habían quedado en medio del bosque y mi cabello despeinado. Parecíamos salidos de un cuento de terror.

Me limpié lo más rápido que pude aun a mi velocidad y me puse ropa de diario, estaba atenta a todos los sonidos por la llegada de Gabriel pero nada, ya habían pasado tres horas y me estaba preocupando al punto de querer salir y buscarlo ¿y si lo habían atrapado? Si bien Gabriel era fuerte ellos lo superaban en número y como el mismo me dijo estaban entrenados; un miedo lleno mi cuerpo y estaba ansiosa, entonces fue cuando un olor particularmente dulzón me llego a las fosas nasales, me acerque a mi balcón y a lo lejos escuche sus pasos firmes, no estaba para formalismos en este momento y salí por allí mismo saltando hacia afuera y corriendo a su lado.

Sed de ti - #PremiosYouMakeUpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora