Aunque estaba dudoso de aceptar, necesitaba mucho el trabajo. No podía ponerse exigente. Con el nacimiento de sus mellizos, los gastos se habían incrementado; y su esposa ya le había puesto un límite, ya le condicionaba todo, incluso el sexo. La paga era buena. Además su historial penal, que iba en constante aumento por su poca paciencia y colérico carácter, parecía no importarle a su contratista.
—Tendrás que afeitarte la barba y cortarte el cabello —ordenó el hombre con un perfecto acento inglés y un tono inevitablemente inquisitorio.
Y antes de que pudiera darle una respuesta, el hombre prosiguió.
—¿Sólo tienes ese tipo de ropa? —cuestionó mirándole despectivamente el atuendo de tenis, pantalón vaquero y playera; con aquellos ojos azul verde, que lucían tan distantes y fríos—. Tendrás que usar traje. Los hombres se ven mejores vestidos de traje. Debería ser obligatorio vestirse de esa manera. Si no tienes alguno, dile a Luke que te adelante algo de tu próximo pago y compras uno. Procura hacértelo a la medida. Que sean colores serios. Nada estridente. Busca un corte que te favorezca, quizás el americano iría más contigo —entonces lo miró una vez más de arriba abajo—. Mañana a las ocho.
Dicho esto, desapareció tras la puerta, de la misma manera en la que había llegado a través de ella. Su amigo Hardy, quien lo había recomendado para el puesto, lo felicitó. —Si te va hacer usar traje, eso significa que le agradaste —dijo palmeándole el hombro—, y tal vez "el mes" se convierta en un "tiempo indefinido".
Él apenas sonrió, no estaba del todo convencido. No creyó que así se sentiría trabajar con alguien de suma importancia. Su mujer no iba a creerle, él trabajando para una estrella de cine internacional. "¡William Thomas en persona!". Es que él tampoco lo creía. Se despidió de su compañero, y se dirigió a cumplir las exigencias de su nuevo empleo. Con el adelanto, compró dos trajes tipo americano, uno gris y otro azul marino; tres camisas blancas, tres corbatas, y hasta un par de calzoncillos blancos; esos fueron sólo porque vio que su patrón los anunciaba en un enorme espectacular en el centro comercial. Saliendo de la peluquería, avistó en un puesto de periódicos, varias revistas que se engalanaban con la fotografía de aquél. William Thomas era un atractivo y talentoso actor inglés, que a los veintinueve años saltó a la fama al protagonizar la película "Queen Of The Night", donde interpretaba a "Lucky", un joven y ambicioso mago. A partir de ese personaje, su histrionismo fue considerado como de los mejores; y solicitado por muchos directores y productores, su popularidad aumentó.
El destino quiso llevarlo hacia él. Ya desde la mañana, el autobús donde viajaba, iba estampado de pies a cabeza con los promocionales de su nueva película. Y cuando regresó a casa, su esposa miraba en el televisor el cotilleo relacionado a un escándalo con su última pareja. Aunque por las compras y el dinero que le dio, supuso que le habían dado el trabajo; no le creyó que fuera a trabajar para el actor. —¿Es otra de tus bromas? —rebatió incrédula—. Él no contrataría a un amateur. Esa clase de gente recurre a las agencias especializadas, va con los profesionales.
—¡Pero es la verdad, Ellis! Esta tarde hablé con él en persona, más bien, él fue el único que habló. Parecía mi madre, ordenándome hacer cosas; me mandó a cortarme el cabello. Y también tengo que rasurarme...
—Basta mi amor. Deja de mentirme, no es necesario. Estoy feliz de que consiguieras algo, no importa si eres el guardia de seguridad de un centro comercial o de un club nocturno, sólo trata de conservarlo, ¡por favor!, y más con esta paga tan buena. Me siento muy aliviada de que ya tengamos otra entrada de dinero.
—Pero no voy a trabajar para ningún centro comercial. Por un mes seré el guardaespaldas de William Thomas, ¡carajo! ¡¿Por qué no me crees!?
ESTÁS LEYENDO
El Guardaespaldas (Una historia Hiddlesworth)
FanfictionEl Guardaespaldas es una historia corta, nace en agradecimiento al apoyo de los lectores con One of Us, el primer intento por novelizar que realicé. Esto es para ustedes. Disfrútenlo. Y con el desenlace de este relato, llegará la parte final de la h...