El principio del fin

48 0 0
                                    


{Londres, miércoles 22 de noviembre, 19:33}

El clima en la ciudad de Londres estaba bastante frío. Emma salió de su casa directo hacia el bar en el que estaría Malik, su víctima, los hombres sólo le habían dado información de su apellido ya que no sabían su nombre. Iba vestida como siempre, pantalón ajustado, zapatillas, camisa corta dejando ver su ombligo y una chaqueta de cuero.

Caminó cinco manzanas hasta llegar al lugar en el que entró sin problemas. Había mucha gente, disimuladamente recorrió todo detallando bien lugar y logró ver algunas de las esposas de aquellos hombres, las cuales podrían ser víctimas de Malik, precisó la ubicación de cada una de ellas para poder estar al pendiente por si él aparecía ya que en su recorrido no lo vio. Se acercó a la barra mientras decidía qué pedir, todos los hombres la miraban deseosos de su cuerpo pero a ella eso era lo que menos le importaba, al final decidió la bebida más famosa del lugar un margarita blue. Se quedó allí moviendo sus pies al ritmo de la música electrónica que colocaba el DJ, cuando sintió una presencia a su lado volteó a mirar y se encontró con una mirada marrón que la detallaba, una sonrisa curva y una melena negra. Era el hombre que tanto estaba esperando ver y era mucho más guapo que en la foto, tenía una mirada profunda que destellaba una mezcla de tristeza y dolor, las facciones de su rostro tenían una perfecta simetría. Una sonrisa también se curvó en su rostro mientras el barman le entregó su bebida y al chico le entregó una cerveza.

—Hola –pronunció ella dando un sorbo al cóctel.

—Hola. Nunca te había visto por acá.

—Sí, es la primera vez que vengo. Soy Emma –extendió su mano.

—Soy Zayn. Mucho gusto –pronunció estrechando la mano de Emma. — ¿Quieres bailar?

—Seguro, Zayn –sonrió.

Fueron a la pista comenzando a bailar una de las muchas mezclas que colocaban. Emma sabía perfectamente lo que hacía, esa era su primera técnica de seducción, los movimientos que hacían eran parte de una danza antigua que utilizaban las mujeres para seducir hombres, bailaba de una manera única, sensual pero decente, divertida y sutil, nunca dejó de mirarlo directo a los ojos y sonreírle de esa manera tan característica de ella. Cada vez se acercaba más a él pegando su espalda en el pecho del chico y haciendo movimientos suaves al ritmo de la música que él seguía sin problema sosteniéndola de la cintura. La música paró un momento y ellos volvieron a la barra para tomar un poco de sus bebidas. Zayn se acercó a la morena para susurrarle algo al oído, cosa que no alcanzó a escuchar por el DJ comenzó una nueva ronda de canciones. El chico, frustrado, agarró de la muñeca a Emma para llevarla a un lugar más privado, aunque ella sabía perfectamente adónde la estaba llevando.

Al salir al estacionamiento, Zayn recostó a la chica sobre uno de los autos y comenzó a besarle el cuello, ella sonrió mientras enredaba sus manos en el cabello de él, justo cuando sintió sus dientes presionar en su cuello lo alejó, el chico quedó confundido pero intentó acercarse de nuevo cosa que ella no le permitió y sólo salió de allí sin decir nada y caminando lentamente. Mientras caminaba de nuevo a su casa sintió que alguien la seguía, y sabía quién era así que tomó un camino diferente. Unas cuantas manzanas más adelante una mano agarró la suya haciéndola girar y volver a encontrar con esos ojos marrones que tanto le había gustado mirar en el bar.

—Lo siento, debo llegar a mi casa –dijo ella sin intentar soltarse.

—No puedes dejarme así.

—No sé a lo que te refieres.

—Empiezas a seducirme en el bar y lo logras pero cuando yo trato de seducirte tú solo te alejas. No puedes hacer eso.

Russian Roulette. z.m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora