Tercer Capítulo

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¿Alguna vez se han sentado solos en una noche a pensar quien son en realidad? Yo solía hacerlo muy seguido, cada noche frente a mi ventana, en medio de la lluvia es tan hermoso ver llover, sentir ese frió y esa sensación que te eriza la piel en un par de segundos, la lluvia me hacia sentir esa sensación de querer abrazar algo, mi cobija.

En las noches hago mi examen de conciencia como cualquier joven, a veces salen esos sentimientos de rencor hacia mis padres, por que tienen que cuidarme tanto? por que no me dejan salir y ver lo bonito que es la vida? No creo que sea tan difícil ir por la calle con tus amigos e ir compartiendo un helado, ir a una fiesta y beber un poco de alcohol, no puede ser tan malo disfrutar. En ocaciones me doy cuenta cuando en mi salón de clases reparten sus tarjetas de invitaciones a todos, menos a mi pero ya me acostumbre a ser rechazado en esas fiestas de niños populares, también he escuchado esos feos comentarios de que creen que soy gay porque tengo los cuadernos mas organizados que una niña, porque tengo la mejor letra, porque me preocupo por mi presentación personal, mi higiene.

Mi noche era mas fría que cualquier otra pues mi apreciado padre había ido al colegio a preguntar por mi y no por mi rendimiento académico como usualmente suele hacerlo cada mes, esta vez fue a saber que era de mi en clases, mi comportamiento, supongo que debió de haber quedado sorprendido por mi comportamiento en la cena para mi también fue extraño porque yo nunca hablo abiertamente de mi y sobre mis sentimientos, sin embargo mi padre se dio cuenta de esos pequeños encuentros y choques que tenia con mis compañeros por lo que según le había dicho mi maestro y creyó que yo estaba sufriendo de bullying o algo así porque lo único que hizo fue enviarme a una psicóloga, que manera tan cobarde de evadir su responsabilidad, así que sus palabras fueron exactamente estas: "Hijo, mañana iras a ver una psicóloga que escuchara tus dudas y te ayudara a resolverlas" esa simple frase hizo que yo lo viera de la manera mas desagradable, como es que el siendo mi padre tenia que enviarme donde una desconocida a que tratara de entenderme? por que le costaba tanto sacar un poco de tiempo para mi? Me sentí muy desilusionado de mi padre, siempre lo vi como mi héroe, siempre lo vi como ese padre responsable que siempre cuidaría y protegería de mi, el que nunca me dejaría solo cuando tuviera una duda o un mal pensamiento, sentía que el nunca huiría como lo hacen otros padres, pero me decepcionó y de igual manera lo hizo mi madre, me sentía más solo que nunca al no poder contar con el apoyo de mis padres y sobre todo, ahora tendré que contarle mis cosas a una señora totalmente desconocida para mi, a alguien que quien sabe que intenciones tendrá conmigo, no quiero ni imaginarlo. Así que solo decidí quedarme dormido y esperar el "grandioso día", conocer a mi psicóloga.

7:30 am "Primera cita con la psicóloga"

Psicóloga: -Hola, como estas? Yo soy tu psicóloga Juliana, puedes contarme todo lo que quieras, no tienes que guardar aquí tus sentimientos, eres libre de expresar lo que sientes, puedes gritar si eso deseas, todo lo que tu digas quedara entre tu y yo, tus padres no sabrán nada.

Yo: - ¿Mis papás creen que estoy loca señora? ¿Por que me llevan con usted?

Psicóloga: -Muchas personas vienen aquí y no porque estén locos no te creas esos cuentos aquí vienes para hablar con alguien mas, para resolver tus dudas, no tienes algo para contarme de tu vida?

Yo: Señora, usted les contara a mis papas lo que yo diga aquí? así sea algo muy delicado?

Psicóloga: Claro que no, todo quedara entre tu y yo, puedes decirme Juliana, quédate tranquilo porque aquí estas a salvo, pero si es algo que pone en riesgo tu vida tendré que hablar con ellos pero casi nunca pasa eso y sé que contigo no pasara eso

Yo: Lo siento, ya debo irme, la veo mañana.

La verdad no espere a que se acabara la sesión con mi "NUEVA PSICÓLOGA" y la verdad es que me agrado mucho su forma de expresarse hacia mi, eso es todo lo que yo quisiera escuchar de mis padres, quisiera que fueran ellos los que trataran de entenderme, pero sin embargo no es así y ya estoy cansado de guardarme estos sentimientos y dudas, tengo la necesidad de contarle a alguien todo lo que siento, ese día solo pensé en lo buena persona que era mi psicóloga, no era tan mala como yo la imaginaba, realmente era encantadora, su primera impresión me dio bastante confianza.

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