Cuarto Capítulo

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  Hoy se me hizo un poco tarde para llegar al colegio, no tuve tiempo de terminar mis tareas así que llegue rápidamente a mi salón de clases a pedir ayuda a mi amiga de clase que siempre me ayudaba cuando tenia alguna duda, me presto su cuaderno e hice rápidamente mi tarea, todo el día paso muy tranquilo, y como siempre la noticia de esta niña la cual se había proclamado lesbiana ante todo el colegio no había dejado de ser noticia para muchos de mi salón, siempre creí que era una chica que llamaba la atención, tal vez le pasaba lo mismo que a mi, tal vez buscaba atención de sus padres, a diferencia mía que yo no era capaz de llamar la atención de tal forma, me hubiera encantado tener mas coraje y valentía para hablar de lo que opinaba sin importarme lo que pudiera decir, pero no. Lo único que me alegra de que sea hoy es que veré a mi psicóloga y tal vez no me atreva a confesarle todo lo que me pasa pero al menos escuchare y veré como intenta hacerme sentir mejor y eso esta bien. Al salir del clases me encontré con mi adorado padre que me llevaba directo a la psicóloga, grandioso! Cuando llegamos a su oficina, Juliana estaba esperándome con una gran sonrisa, que bien se sentía que alguien estuviera feliz de verme, mi papá se marcho y yo me senté en el gran sillón. 

 -Psicóloga Juliana: Hola, vienes de clases, verdad? como te fue? 

 -Yo: -bien gracias

 -Psicóloga Juliana: Cuéntame que tal son tus compañeros de clases, ¿tienes muchos amigos?      

-Yo: Por lo general no, son muy distante, ellos viven en su mundo loco y yo... un bicho raro.            

-Psicóloga Juliana: ¿Por que dices eso? ¿acaso te molestan o te lastiman? Mira pequeño, no eres un bicho raro como dices eres un chico común y corriente, no veo nada malo en ti, eres un buen hijo y muy buen estudiante por lo que he escuchado de ti.

 -Yo: Pero soy raro, prefiero quedarme en casa leyendo, ayudando con los deberes de la casa, nunca salgo y creo que me gustan lossss *estuve a poco de confesarle que me atraían los niños, pero no pude* ya debo irme Juliana, gracias.

 Siento que no debo decirle esto a nadie, tengo miedo y tal vez no sea seguro, tal vez aun no pueda definir que es eso. Pasaron los días y yo no volví a ver Juli, era una buena persona, siempre estaba sonriéndome pero tenia miedo de decirle mis cosas, quiero resolver yo mismo mis dudas, así que decidí cancelar todas las citas próximas que tuviera con Juliana . Al principio mi padre se enfado bastante conmigo pero luego le saque excusas y le invente miles de trabajos que me dejaban en el colegio.                                       

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