El Último Pétalo [#UNH3]

Capitulo Dos.

Capitulo 2. Recuerdos oscuros.

Liam Simón Black Santandreu en portada...

2 años atrás....

A partir de este momento la historia será desde estos 2 años atrás.

*P.D.V: Liam Simón Black*

Como cada mañana desde hacía ya un año más o menos que vieron que ya podía tener un entrenamiento al igual que mis primos: Nick, Lucky e Izan al cumplir los dieciséis años. Aquí estaba un día más en mi tiempo libre después de las clases.

- ¡Patada alta, puño izquierdo, gancho derecho, patada baja!- decía con fuerza mi tío Zack.

El hombre para ya estar entrado en edad tenía fuerza y sabía de lo que entrenaba a cada uno, al igual que su gemelo el tío Matt junto a mi padre Keller quien venía cuando podía después de un día duro de trabajo al lado de mi abuelo Cristian.

- ¡Arriba, abajo, izquierda, derecha!- oía cómo le dirigía Matt a Lily que estaba al lado mío entrenándose.

Mi hermana al tener mi misma edad no se libraría de estar aquí, sabía que esto para ella era un infierno. Ella es una persona que no le gusta la violencia, pero era una persona dura aunque cuando estaba en confianza podías ver esa niña en ella.

Estaba orgulloso de ella, a pesar de no querer esto y de no gustarle la violencia sacaba lo mejor de ella y cada día era mejor si podía serlo, era la mejor de todo el equipo y me incluyo a mí como a mis primos. Le gustaba el deporte y esto lo consideraba un tipo de deporte para no pensar en que nos están preparando para defendernos e incluso llegar a matar a personas.

Sin más noté como recibía un golpe en mi cara y caí al suelo desequilibrándome, gruñí y fulminé con la mirada al culpable: Zack.

- Para tener diecisiete años estás de pena- se agachó quedando a mi altura con una sonrisa ancha en su boca- arriba Liam, hay que seguir.

Me levanté como pude después de recibir más golpes de los que esperaba y terminé por tener que correr durante una hora en la cinta como escarmiento de no haberlo hecho bien hoy.

Lily se acercó con su bolsa de hacer deporte ya duchada y cambiada, olía a frutas como mamá.

- Te han dado una buena paliza hermano- sonrió pícara y eso hizo que mi ego se inflara de la rabia.- No te enfades Liam, mañana lo harás mejor- me guiñó un ojo.

- Púdrete Lily...- gruñí para mi interior pero no me di cuenta que lo dije en alto hasta que recibí un puñetazo de su parte.- Lily.. yo..- miré sus ojos verdes que ahora estaban rasados por las lágrimas.

- Que te den Liam...

Se fue corriendo del Gym, ahora sí que la había cagado pero bien...

Intenté ir detrás de ella pero sabía que Zack me tenía vigilado desde la sala de visualizaciones donde solían estar muchos de la mafia que veían cómo nos entrenaban a los demás. Suspiré fuerte y volví hacer mis ejercicios, ya hablaría con ella.

*.*.*.*.*.*

Terminé de ducharme, salí a mi habitación para ponerme ropa cómoda e ir hablar con Lily.

Toqué varias veces su puerta pero no obtuve respuesta de esta, después de quince minutos esperando por ella decidí en entrar, me comenzaba a preocupar y así fue cuando descubrí que no estaba.

Me senté en su cama matrimonial junto a sus peluches: el señor Oso y la señora Pata. Miré a estos y noté cómo algo brillaba detrás del gran pato amarillo.