Alex entró en casa después de un agotador día de trabajo, pensando en aquel caldo que congeló y lo bien que entraría ahora una sopa con ese caldo. Nada mas entrar a casa vio a su compañera con unas pintas totalmente desaliñadas y una mirada de odio perdida.- Haber si me muero - Dijo Merce, con una voz totalmente monótona - Te aviso con antelación de que hoy mis ovarios están en modo "Vamos a desajustar hormonalmente a Merce como hacemos una vez al mes" y no estoy para aguantar la estupidez humana, así que contrólate por el bien de nuestra amistad - añadió mientras en su mirada se veía el odio y la incomprensión que tenía hacia el ser humano.
Entonces Alex comprendió que lo mejor ese día sería hacer la comida para los dos, asegurarse de que tenía su dosis de antiinflamatorios correcta y no hacer ninguna broma o chiste malo delante de ella. Así que eso es lo que hizo. Preparó una sopa caliente para los dos con el caldo congelado. Enrolló su pequeño cuerpo en un par de mantas y le dio todo su apoyo moral desde la lejanía.
Entonces Alex entró en su habitación y de repente escuchó como había recibido un mensaje en el móvil...
Su corazón palpitaba con un ritmo alocado, el nerviosismo atacaba su cabeza... "¿Será él? Seguro que me dice que que clase de psicopatía tengo para darle mi número a un desconocido... o a lo mejor quiere hablar conmigo y conocerme mejor" Entonces con miedo y curiosidad miró el móvil y sintió una pequeña desilusión furtiva:
"Manuel te ha escrito un mensaje"
"¿Qué querrá ahora? ¿Por que me habla?" pensó. Abrió su chat y vio un mensaje que, a lo mejor el día de ayer le habría alegrado mucho, pero que hoy le provocaba indiferencia:
"Te echo de menos, quiero abrazarte y pasar el día contigo ¿Aceptas?"
Entonces Alex pensó en todo lo que Merce le dijo en el desayuno y en lo gilipollas que había sido desde el primer momento por ilusionarse con un chico que juega con sus sentimientos de tal forma:
"No puedo, tengo clase." Le envió Alex, esperando que así se diera cuenta de que estaba dispuesto a pasar página.
Entonces preparó la mochila y salió de la habitación dispuesto a irse a clase.
- Me voy a clase, Merce
- Si cuando llegues, he muerto, alégrate por mi. Habré cumplido mi sueño en la vida - Dijo su compañera con un tono de pesimismo en sus palabras.
Alex no se preocupó, sabia que eran sus hormonas revoloteando las que hablaban, así que salió de casa para ir a la facultad.
De camino a clase, volvió a sonarle el móvil, durante un segundo volvió el nerviosismo y la curiosidad, pero, otra vez, la desilusión rompió todo nervio.
"Necesito verte, Alex, porfa... " Le había escrito Manuel, a lo que él contestó con silencio. Aunque dentro de él, una parte de él le decía que fuese, que no perdiese esa oportunidad.
En cuanto llegó a clase, su amiga Pats estaba esperándole en su mesa de siempre.
- !WOW¡, Usted llegando pronto por un día... Si eres de los que llegan por lo menos media hora tarde... ¿Problemas con Merce? - Dijo su amiga
- No, que va, solo que Merce está hoy muy bien acompañada... Ya sabes... - Dijo él
- No, no entiendo, ¿Que pasa? - Dijo Pats mostrando la ingenuidad que la representaba.
- Tía, su amiga... De rojo... - Dijo Alex
-Sigo sin entenderlo...- Dijo Pats
- !LA REGLA, TÍA, LA REGLA¡ - Gritó sin querer Alex, dándose cuenta después que toda la clase lo escuchó.
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La circuncisión del arrepentimiento
RomanceNo me arrepiento de hacerlo. No me arrepiento de las pequeñas melodías que escuchaba en aquel balcón de la ciudad perdida en una provincia remota, mientras tú me mirabas desde tu cama con una taza de café hirviendo y una sonrisa que nunca flaqueaba...