CAPITULO 26;
Miraba a mi alrededor, nunca imagine que el viviera esta vida, llena de lujos, intentaba no impresionarme con todo, sentada en el gran el jet privado de Harry
-¿de verdad te gusta esta vida? – pregunte
-en parte – dijo acomodándose a mi costado – cuando te acostumbras a ser acosado, todo es bueno – hizo una rara mueca
Solté una suave risita – no se como te gusta ser perseguido por paparazis pendientes de cada paso que das
-esa es la parte mala – recostó un poco la silla de cuero color café claro – pero tranquila estaré a tu lado para que no te molesten
-oh eres mi héroe – dije imitando su acción quedando a su misma altura
Sin pedir permiso recosté mi rostro en su pecho sintiendo sus suaves palpitar, su brazo paso por mis hombros acercándome a su torso, tratando de no dejar algún espacio entre nosotros
-te amo – susurro, sonreí como tonta
Levante levemente mi cabeza – te amo – dije sobre sus labios, acariciando su pecho con mi pulgar, mostrado calma en cada roce entre nosotros.
Me separe por falta de aire, pero eso no significaba que me alejaría de su aliento a menta fresca
-¿Cuánto has hablado de mi? – pregunte, recordado a lo que había dicho el moreno
-mas de lo que piensas – tomo un mechón de mi pelo dejándolo detrás de mi oreja – tu eres la fuente de inspiración de cada canción que he escrito, tu eres el motor de mi carrera
Sonreí totalmente contenta - ¿cada una? – pregunte sin poder creerlo
-Todas – dijo sonriendo de oreja a oreja
-gracias – dije mirando sus penetrantes ojos, esas puertas que me llevaban a su alma, su verdadero ser
-no tienes nada que agradecer – tomo aire – en cambio yo… si… estar contigo de nuevo es perfecto
-no quiero ver la cara de mi hermano cuando se entere que te perdone – dije recordado a Adrien, llevaba casi un mes sin saber de él, lo extrañaba
-ese es mi temor – dijo mostrando angustia en su mirada
-¿Por qué? – pregunte acariciando su piel suave
-me debe odiar, me imagino que le debiste contar que soy lo peor que pudo haber nacido – dijo como si fuera un drama
-bueno no tanto así, hable mal de ti el 89%, el resto solo me recordaba lo mucho que te amaba
-¿me amabas? ¿Es que ya no sientes nada por mí? – abrió los ojos casi apunto de salir de las orbitas
Reí -no seas bobo – le pegue en el pecho – eso era cuando no quería ni verte
-¿y ahora? –
-no quiero volverte a perder
Juntamos los labios en ese espacio reducido que siempre existo, es que nunca volverá a ser tan grande