Aquel oscuro ser la miraba detalladamente mientras ella firmaba el pacto...
Con su abominable forma que parecía estar en todas partes y ninguna al mismo tiempo, ese ser inmaterial que le prometió cumplir su deseo, ese tan añorado deseo.
Lo que más le aterraba de aquel ser amorfo haciéndola temblar, eran sus dientes amarillos, torcidos y filosos que no dejaba de saborear con la lengua, era como si ya estuviera relamiendo la sangre que iba a ser su pago.
Y con un último movimiento de muñeca terminó de sellar su horrible destino que muy pronto probaría...
-Está hecho- farfulló la chica, como quedó en los términos.
-Tu ser amado regresará
Y de tu lado no se irá
Hasta que sea llamado del más allá,
Pero tú no olvidarás,
Que la causante tú serás.
Con un gran dolor vivirás,
Porque la sangre de tu sangre me darás.
Aún sin entender del todo, un escalofrío recorrió su espalda al oír esa voz que provenía de todas partes y de ninguna, pero nunca deseó no haber hecho su acción.
Apretó la mano del contrario, pálida y fría, y un montón de sensaciones recorrieron su cuerpo. La decisión estaba tomada, ya no había marcha atrás, pero no le importaba el precio de paga con tal de que él volviera a ser el mismo. Respiró profundo, sabía que ya no estaba sola, que aquellos espíritus la acompañarán hasta que ellos cumplieran con su objetivo, el juego había comenzado...