-¡No no quiero esto! - imploraba clemencia hacia su supuesta madre.
-Si que lo quieres... -canturreo de una forma sicópata.
Su dulce voz acompañada de sus actos y aquella cara llena de histeria, la adrenalina de el momento, Hacia estragos al peliceleste.-¡¡NO!! -Despertó sudoroso, agitado al recordar.
¿Que podía hacer contra esa mujer que tan siquiera era su madre?
Le reducía, lo anulaba como persona.Se levanto de forma perezosa arrastrando los pies, los brazos colgando, sentía un gran peso sobre sus hombros, y tenia miedo porque cada vez era mayor.
Escuchó un pitido, el teléfono de la cocina martilleaba su cabeza, un LUNES, con aquel estrambótico sonido.
/-Δ¡Nagi, pequeña, volveré mañana! Tengo taaantas ganas de verte, traeré una sorpresa!Δ~/
Como odiaba que las paredes de su casa parecieran de papel.
Genial, su pesadilla comenzaría mañana o incluso hoy.
Entro al baño con pesar.
A su cabeza volvieron los mismos recuerdos sumados que le atormentaron esa noche.
Como si no tuviera suficiente con su madre.{-¡Karma sensei¡ !karma sensei! ¡¿Que es el amor?! }
Un recuerdo auditivo, recuerdo de su chillona y molesta voz resonaba en su cabeza como un eco.
Una pequeña tortura mas para el peliceleste.Según el, había hecho una cosa estúpida al mostrar sus dudas.
Jamás tuvo amigos de verdad.
Eso siempre lo tubo claro;
lo utilizaban, incluso hubo un tiempo en el que el se dejaba hacer.«Ah, si ese es el presente»-Pensó con amargura.
En el presente movida por hilos como marioneta vacía que era o se había convertido, seguía instrucciones de hacer lo que los demás querían.
En casa, con su madre siendo la niña perfecta que siempre quiso ella.Él era un chico.
Él no era perfecto.
Al ser la niña perfecta, jamas pudo saldar dudas que todo adolescente tendría.
La primera era que no le atraían las chicas, se lo digo a su madre y esta respondió que siendo una niña como ella era normal.Pero el sabia que le sobraban y faltaban cosas para ser mujer.
¿Entonces si no era chica, era normal?
No tenia sentido.Se quedo igual o con muchas mas dudas que no pudo resolver.
Pero hizo a su querida
madre -adoptiva mas feliz.En la preparatoria siendo el compañero -supuesto amigo-perfecto.
Haciendo miles de favores a los que solo recibía un simple gracias que carecía de el verdadero significado de palabra. ¿Debía el de ser feliz por otras personas? Lo había intentado, pero no funcionó.
Y se había aislado demasiados estos últimos meses.Una risa histérica se apodero de el mientras tiraba de sus cabellos de una manera frenética intentando arrancarlos.
Intentando arrancar su feminidad.
Recuperar su orgullo y la poca masculinidad que quedaba en el, Si es que quedaba algo...
Se paro y miro el cristal de enfrente frente.
Podía ver su reflejo, podía ver las gotas de agua que descendían de sus ojos manchando sus pulcras mejillas, su cara roja por ese ataque de locura.
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Mi Profesor
FanfictionRecordó las palabras del profesor Akabane. «Esto merece un castigo» Con furia y el ceño fruncido sin pensar en las consecuencias formulo: -Con gusto, recibiría un castigo de su parte -Un tenue sonrojo cubrió las mejillas del alumno, y otro rojo fur...