Eres mío: Parte 2/3. [Editado]

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Sasuke pov's.

Ya había perdido la cuenta de cuántos vasos de agua y suspiros llevaba. De pie, detrás de la isla de la cocina, se encontraba Itachi que no se había movido en todo ése tiempo. Lo ignoraría fácilmente si no fuera porque su mirada tan fija en mí me está llevando al límite. "Si no va a decirme nada será mejor irme a dormir, ya ha sido suficiente por hoy".

-Buenas noches, Itachi - solté sin poder ocultar mi molestia y noté como su ceño se frunció.

-¿No piensas decirme nada, Sasuke?- un escalofrío me recorrió al escuchar mi nombre salir tan lento de sus labios.

-Eres tú el que no deja de mirarme- me cruce de brazos ya impaciente-. ¿Qué quieres decirme? - bufé.

Eso no pareció alegrarle ya que su cuerpo se tensó bajo esa fina franela de tiras gruesas, que marcaba más que bien su cuerpo. Interrumpí mis pensamientos al notar por dónde iban, no podía importarme menos su presencia y si estaba disgustado o no.

-¿Por qué Naruto te beso?- eso me tomó por sorpresa, pero no le di importancia. Estúpidos celos de hermano mayor.

-Preguntale a él, a mí no me interesa- me encogí de hombros para restarle importancia. Subí las escaleras para llegar a mi habitación.

Ya no me sentía de ánimos para nada, entre tanta mierda que estaba pasando solo quería encerrarme y salir cuando no hubiera nadie más para molestarme. ¿Por qué las personas disfrutan de joderme la existencia? Y ése idiota de Itachi, mira que venir a montarme una jodida escena de celos de ¡puto hermano mayor! Aún sabiendo de mis sentimientos por él, eso es jodido y muy egoísta. Que bueno es no ser un estúpido ilusionado.

Ni siquiera encendí la luz, solo me quitaría éste disfraz y me acostaría. Pero el pinche disfraz no ayudaba en absoluto, la camisa se me enganchó en la estúpidas orejas de gato que Naruto me colocó. Debí quitarmelas primero, ahora en consecuencia éstas me jalan del cabello cada que jalaba de la camisa. "¿Cómo me colocó ese Dobe éstas putas orejas?". Escucho como abren la puerta de golpe y unos pasos fuertes viniendo hacia mí.

-Oye, idiota sirve se algo y ayudame a quitarme estas...- fui callado por unas manos que me voltearon de los hombros y algo suave posarse en mis labios.

Mi cerebro maquinaba muy rápido intentando encontrar una razón lógica para lo que estaba pasando, pero mi cuerpo no reaccionaba. Mi corazón estaba tan acelerado que estoy seguro de que él podía escucharlo.

Sus manos subieron con calma hasta mi cabeza ayudándome con la camisa sin quitar mis orejas artificiales. Mientras aquello suave en mis labios inició con un movimiento lento pero hipnotizante. Una vez que la camisa dejó de obstruir mi visión pude apreciar los ojos oscuros de Itachi muy fijos en mí, sus labios aumentaron el ritmo, como esperando mi repuesta, pero yo solo podía apreciar esos pozos iguales a los míos. Mi cuerpo al fin captó una de las tantas señales que mi cerebro le enviaba para, con fuerza, apartar de un empujón al pelinegro que cedió sin despegar su mirada.

-¡¿Qué coño te pasa?!- le grite mientras pasaba un brazo por mis labios con fuerza, en un estúpido intento de borrar la sensación de sus labios contra los míos.

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