Nos tocó el primer ejercicio juntos. La primera conversación. El primer contacto visual. Nos asignaron tener un pacto entre ambos, uno cuidaría al otro para cumplir con las responsabilidades del otro. Además, hicimos un ejercicio en el que yo le hablé al oído simulando que él era mi padre.
La oportunidad de tener su aroma fue mía.
Su majestuosa sonrisa apareció después de aquello, su perfume sigue siendo el buen recuerdo que la acompaña.
ESTÁS LEYENDO
El alma de tu sonrisa
RomansaSoy un alma inquieta, intensa y libre para decirte que es magia recordar tu sonrisa, que se me quieren salir todas las palabras que conozco para hablar del tiempo adecuado de tus besos.